La gran promesa de la natación misionera que representará a Unión

Sebastián Méndez Brandt, el mejor nadador de la provincia, será desde la otra semana parte del equipo del Club Unión. El posadeño explicó que entrena solo y, además, se cansó de esperar a que finalicen la pileta del Cepard

Seba Méndez Brandt tomó una decisión. Le costó, la trabajó, pero sabe que no tiene sentido quedarse con las ganas de apostar a un futuro prometedor. De esta manera, el mejor nadador misionero de la actualidad, cambia de club y la próxima semana parte a Santa Fe para unirse al equipo competitivo de Unión.

El representante del Capri y nadador de la selección juvenil explicó que los factores clave que lo llevaron a este nuevo horizonte fueron, en principio, entrenar solo prácticamente, ya que no hay nadadores de su nivel, y en la motivación diaria pesa; y también por la infraestructura. El misionero explicó que está cansado de esperar la terminación de la pileta olímpica en el Cepard, que para un nadador de su calidad es fundamental. “Eso decantó en la decisión de elegir cambiarme de club, porque ellos allá -en Unión- tienen la pileta de 50 metros”, apuntó.

La semana pasada, el posadeño cumplió una vez más con una grata tarea en el Argentino de Mayores en Buenos Aires. A sus 18 años, se metió en dos finales con las figuras del país y bajó sus marcas personales en los 50 metros libres y mariposa… aunque le costó. La vara se hace cada vez más alta y siente, sin dejar de reconocer su gran formación y su amor por el Capri, que tiene que dar el paso de buscar un entorno que saque todo su potencial.

“Costó mucho más estar en las finales, pero bajé los tiempos en las dos pruebas y me pone contento”, señaló.

Y justamente fue el último nacional que compitió para el Capri ya que el lunes partirá a tierra santafesina y pasará a ser tatengue. Pero antes de partir, el sábado dirá presente en el Open de Invierno en su casa y lo emociona pensarlo como despedida. “Va a ser el último torneo como nadador del Capri y seguramente va a ser algo especial”, adelantó Seba.

Ya no puede esperar más

A Seba se lo nota entusiasmado en la previa de esta nueva experiencia, pero sabe que tiene la chance de poder elegir; sin embargo habrá un grupo de nadadores locales que no pueden y aún están a la espera de la ansiada pileta desde el 2018, cuando llegó desde Italia la estructura de la pileta.

“Es un problema el tema de la pileta del Cepard, no se termina nunca. Los nadadores tenemos fecha de vencimiento y necesito la pileta ahora. No me sirve que esté en construcción hace más de 4 años y el resto de mis compañeros de selección tienen a disposición la pileta de 50 metros a diario y van mejorando por la mejor calidad de infraestructura. Eso decantó en mi decisión de elegir cambiarme de club”, explicó.

Y además, tener pares de selección también ayuda a sus motivaciones. Es que a mediados de julio, Seba estuvo entrenando tres semanas en el club Unión y se sintió cómodo e incluido en el grupo competitivo. “Los chicos de Santa Fe tienen mi edad, también hay chicos más grandes que están en la selección mayor como Gabriel Morelli, que nos representó en los Panamericanos y en mundiales. Está muy buena la interacción de allá con los chicos y me sirve mucho más para entrenar. Porque acá ya estaba muy solo desde que se fue Santi (Santiago Caso, se fue a Rosario) y me costaba mucho entrenar. La natación  es un deporte muy solitario y se necesita a alguien que esté al lado tuyo en los entrenamientos duros”, reflexionó.


Y agregó que “yo tomo muy en serio mi preparación y ya era un entrenamiento muy psicológico porque cuesta nadar solo. Estar en grupo se hace mucho más ameno y el trabajo en equipo en Santa Fe de una hora y media pasaba rapidísimo por el apoyo y acompañamiento de los chicos”.

Además, este 2022 fue especial en todo sentido para Seba, que terminó el año pasado el colegio secundario y en estos meses se dedicó exclusivamente a nadar y tal vez eso hizo que entrenar en soledad fuera tan forzoso como nadar contra la corriente.

“En Santa Fe también voy a estudiar, me inscribí en la carrera de Ingeniería en Sistemas en la UTN (Universidad Tecnológica Nacional) y por suerte tengo algunos compañeros de la pileta de Unión que cursan esa carrera y ya voy a tener ayuda para que me faciliten apuntes -risas- o info que no entienda. La verdad es que me cierra todo, tuve mucha suerte. Aparte voy a vivir con un amigo que también nada, compartimos gastos y eso es buenísimo”.

Seba convivirá con Dante Nicola, destacado andador juvenil de la selección, campeón en los recientes Odesur en Rosario; se conocen desde hace muchos años y “en estas semanas que estuve allá (en Santa Fe) lo vi entrenar y es muy capo, tengo una profunda admiración de su entrenamiento y cómo se mueve en el agua”, lo floreó a su amigo.

Pero el amor es más fuerte

En cuanto a su familia, el misionero reflexionó que no va a ser fácil su ida al comienzo, pero como siempre estarán apoyándolo. “Mis papás están ilusionados. Mi mamá seguro me va a extrañar muchísimo, pero antes era más complicado cuando se iban los nadadores a otra provincia, ahora con la tecnología es más llevadero o me pego una escapada y listo”, dijo con picardía.

Además, Seba tuvo palabras de cariño para su entrenador y formador, Gustavo “Colo” Breitenbruch, al que sin dudas fue uno de los que más le costó contar que iba a tomar este nuevo rumbo: “Al principio le costó, pero después entendió mi postura. El Colo va a ser siempre mi profe y el mejor, pero él no puede abarcar todo lo que yo necesito, no puede construir solo una pileta de 50 metros y no puede crear de un día para otro nadadores de mi nivel. Él es un profesor y lo hace excelentemente, no hay dudas de eso. Lo voy a extrañar mucho y él a mí”.

Y ya más entre relajado señaló: “Me dijo que esas horas que me entrenaba, ahora va a llevar su malla y va a entrenar él”.

Expectante y nostálgico

Entre el entusiasmo de lo nuevo y la nostalgia de lo hecho, Seba explicó estar “contento por lo que se viene, pero viviendo de alguna manera un proceso de duelo porque viví toda mi vida acá y va a ser un cambio muy abrupto, pero la decisión ya está tomada; voy a hacerlo aunque tenga miedo porque a la larga siento que va a rendir su fruto. No quiero vivir con la incógnita del ‘y si hubiera ido a Santa Fe’. No tiene sentido quedarme con eso. Se me abrieron todas las puertas, voy a vivir con un amigo y el club me abrió los brazos, todo se me dio y lo voy a aprovechar”.

Ahora resta acumular, en estos últimos días en la provincia, el afecto de su gente para tener stock de cariño misionero en su nueva etapa, un poquito más lejos, pero siempre con el corazón en la Tierra Colorada.