El próximo 9 de septiembre podrá verse la obra Hamlet, Bueno para Nada en el Estudio Barnó. La puesta es una adaptación de la obra Hamlet, Príncipe de Dinamarca de William Shakespeare. 

“Hamlet, príncipe de Dinamarca” es el texto de William Shakespeare más investigado y representado en occidente. Fue estrenada en 1603 y desde entonces cada nueva propuesta teatral o cinematográfica sigue despertando el interés del público. La obra, como otras del dramaturgo inglés, ofrece la posibilidad de mirar al ser humano de un modo irónico, profundo y extremo “¿Qué contar a partir de Hamlet en este aquí y ahora de nuestras vidas, desde nuestros teatros?” es la pregunta que moviliza a Walter Arosteguy y Pablo Tibalt, director y actor respectivamente, a llevar adelante el desafío de hacer una versión de Hamlet en la región. 

“Hamlet, bueno para nada” trabaja a partir de la hipótesis de que el Rey Hamlet ha sido en la vida del príncipe un espectro, aún vivo, con esporádicas apariciones y extensas ausencias, entre las que su entrada post mortem es un episodio más de esa saga. 

A partir de allí los vínculos entre padres e hijos y entre actores y directores son los ejes temáticos de esta versión. El espectáculo, que cuenta con el apoyo del Instituto Nacional del Teatro, es un unipersonal protagonizado por Pablo Tibalt y dirigido por Walter Arosteguy, quienes por primera vez trabajan juntos. Se trata de una nueva producción conjunta entre Teatro del Bardo (Paraná) y Estudio Barnó (Santa Fe) que se estrenará el próximo viernes 9 de septiembre a las 21.00 en Santa Fe, en Estudio Barnó (Marcial Candioti 3910).

“Me interesa especialmente la relación entre actor, director y público. Es en esta relación tripartita donde se centra mi trabajo metateatral como director. El metateatro explora relaciones entre verdad y ficción, realidad y apariencia, identidad del ser y del actor, locura/cordura y vida/teatro y no hay un texto más pertinente para esta tarea que “Hamlet”, pieza en la que Shakespeare propone una obra de teatro, dentro de una obra de teatro.” explica Walter Arosteguy en relación a que en el texto original Hamlet, el protagonista, contrata a unos cómicos para que representen una escena similar a la de la muerte de su padre en manos de su tío, como estrategia para confirmar la veracidad de esos hechos.

“Encarar un trabajo unipersonal con la anécdota de Hamlet implica el gran desafío de resolver escénicamente momentos muy complejos, con un solo intérprete. La escena de los cómicos es uno de esos momentos. Pero también varios otros” agrega Arosteguy. La tragedia -que en su tiempo era vendida como la obra con más muertes- tiene un gran número de personajes, de los cuales, la mayoría muere en escena de un modo u otro. 

En este sentido, para Tibalt  “a esta complejidad se sumaba también el hecho de que el proyecto es un encuentro de dos modos diferentes de entender al público, a la tarea del actor, a los textos, al hecho teatral en general. El Negro y yo hemos construido “Hamlet, bueno para nada” poniendo en diálogo esos universos y esos universos han dejado sus huellas. Estamos expectantes sobre la reacción del público de ambas ciudades a esta propuesta”.

Equipo paranaense y santafesino

El proyecto se llevó adelante también con un equipo de trabajo integrado por profesionales de las artes escénicas pertenecientes a ambas ciudades. El vestuario es de Ignacio Estigarribia, el entrenamiento corporal de Paula Copello, el diseño de iluminación de Gabriela Trevisani y la obra cuenta con la fotografía de Josefina Tosetto y el diseño gráfico de Natalia Hallam.

Las entradas están a la venta en Estudio Barnó (Marcial Candioti 3910) de martes a viernes de 16.00 a 20.00 y a través del whatsapp (342 4062166).