Los ataques contra Menem y Alfonsín que también causaron conmoción
Tras el regreso a la democracia, en nuestro país se registraron dos atentados similares al de Cristina Kirchner. Los antecedentes más recientes.
El atentado a Cristina Kirchner cuenta con decenas de antecedentes en nuestro país, donde dos expresidentes fueron víctimas de ataques similares al que sufrió este viernes la vicepresidenta. Dos de ellos son posteriores al regreso de la democracia tras la dictadura cívico militar.
El último ocurrió en mayo de 1995, cuando una persona efectuó tres disparos de arma corta a muy poca distancia del vehículo donde el entonces presidente, Carlos Menem, recorría la ciudad de Rosario en medio de una campaña electoral.
El agresor fue identificado como Juan Paz, de 32 años, y por entonces se informó que se encontraba ebrio. En rigor, los disparos se hicieron al aire, mientras Menem se encontraba en la parte superior de un autobús acondicionado para viajar durante la campaña.
Un detalle singular es que el jefe de la custodia era Carlos Capuchetti, un reconocido comisario de la Policía Federal, padre de la actual jueza que investiga el atentado a Cristina Kirchner, María Eugenia Capuchetti.
Sin embargo, no fue el único hecho. El 23 de febrero del año 1991, Ismael Abdala, un exmiembro de la Gendarmería Nacional, quiso matar al entonces presidente Raúl Alfonsín mientras daba un discurso a unas 5000 personas en un acto político organizado por la Unión Cívica Radial de San Nicolás.
Según se informó en ese momento, Abdala se acercó y gatilló varias veces, pero la bala nunca salió. Quienes estaban en la escena se abalanzaron sobre el atacante de 29 años y lograron quitarle la pistola. Fue golpeado y retenido por militantes radicales, hasta ser entregado a la policía.
Quien estuvo junto al expresidente fue su custodio Daniel Tardivo, quien era oficial de la Policía Federal y actuó con rapidez tras el intento de asesinato. Enseguida fueron varios cuerpos más tratando de cubrirlo, entre custodios y dirigentes radicales.
Abdalá había escrito antes de planear el ataque cartas a George Bush y Mijail Gorbachov. Poco después, fue juzgado y declarado inocente por insanía mental.