Mario Sciacqua decidió ponerle un alto a su carrera como entrenador, tras su paso por Sarmiento de Junín, como consecuencia que José Vignatti lo tentó para que se convierta en manager de Colón.

La llegada de Sciacqua se produjo en la antesala de la tercera participación histórica del Sabalero en la Copa Libertadores de América. La tarea principal fue la de buscarle un reemplazante a Eduardo Domínguez, el DT más dterminante en la historia del club.

Y luego de varias negativas, por cuestiones económicas y deportivas, se concretó el regreso de Julio Falcioni, el DT más experimentado del fútbol argentino, con quien Sciacqua tiene una gran relación.

Se salió al mercado de pases y como refuerzo rutilante se consiguió la contratación de Ramón Ábila y se pudo retener a Facundo Farías. En tanto que también se logró repatriar a Luis Rodríguez.

Pero la gestión de Sciacqua quedó en el centro de la escena en el último mercado de pases, incluso donde fue expuesto por el mismo Falcioni al dar una lista de jugadores que pidió y que no se pudo contratar.

En los peores momentos del equipo fue uno de los apuntados por los hinchas, y amagó con dar un paso al costado en diversas ocasiones, más allá que Vignatti lo terminó convenciendo para que cumpla su contrato.

El fin de samana estuvo en el Predio 4 de Junio, donde se despidió del plantel y dejó de ser formalmente el manager de Colón, con lo cual ahora la incertidumbre pasa sobre si se buscará un nuevo referente para esa función o quedará nuevamente acéfala.