La noticia sobre la captura de un salmón chinook en el Paraná, a la altura de la localidad de Arroyo Seco, circuló rápidamente entre la comunidad científica que estudia la fauna ictícola. Sobre todo porque el pez de unos cinco kilos, escamas plateadas y grandes dientes no es el primero que aparece en el tramo inferior del río. Por eso, investigadores propusieron crear un sistema de monitoreo de salmones en la cuenca del Plata con el objetivo de registrar y sistematizar los hallazgos de estos peces. 

El jueves 3 de noviembre un pescador artesanal reportó haber capturado a un salmón chinook a la altura de la localidad del sur santafecino. Este sería el segundo registro debidamente constatado en el río Paraná, por el momento se trata del ejemplar que más remontó esta cuenca.

Esta especie es exótica no solo en el Paraná sino en todo el hemisferio sur. Los salmónidos (truchas y salmones) son originarios del hemisferio norte que, desde los inicios del siglo XX, ampliaron su distribución hacia estas latitudes a partir de la intervención humana.

En diálogo con LT10 Andrés Sciara, decano de la facultad de Ciencias Bioquímicas de la Universidad de Rosario explicó que no es común ver este tipo de ejemplares por estos lugares. 

"Este es el Salmón Chinook que tiene características particulares diferentes a otras truchas. Se reproduce en ríos fríos o de montaña cuando son chicos y luego se trasladan al mar. No es una especie originaria del Hemisferio Sur pero están invadiendo los cauces", explicó el especialista.

Por otro lado destacó que el fenómeno se está estudiando y no hay datos concretos aún sobre los hallazgos. Igual no se descarta que puede darse esta aparición por escapes de algunos criaderos zonales. 

"Son grandes migradores y es esperable que puedan aparecen en nuestras cuencas", dijo el especialista. 

El hallazgo del primer ejemplar de salmón chinook resultó llamativo para los investigadores zonales, la segunda captura ya genera más atención.

Según explican, "si empiezan a aparecer en cantidad puede llegar a ser preocupante, ya que pueden depredar especies autóctonas y generar más presión a la fauna del Paraná", comentaron. De todas formas, hasta que no estén los análisis genéticos (que pueden tardar un mes), aún es anticipado sacar conclusiones.