Rosario ya alcanzó la cifra de homicidios más alta
Con los últimos crímenes sucedidos este jueves en la ciudad, se alcanzó la nefasta cifra de 264 asesinatos, los mismo que en el fatídico 2013 y todavía con todo un mes por delante antes de cerrar las estadísticas de este 2022.
Rosario atraviesa el año más violento del que se tiene registro en su historia reciente. Alcanzó los 264 crímenes, misma cifra que había tenido en el fatídico 2013, signado por el asesinato del líder de Los Monos Claudio “Pájaro” Cantero y la ola de homicidios en venganza. Y, para peor, todavía falta todo el mes de diciembre.
Este 2022 tiene varias particularidades, como familias enteras acribilladas –hubo tres triples crímenes–, ejecuciones de tinte narco –algunas en caminos rurales situados en la periferia de Rosario– y una gran cantidad de víctimas que quedaron en medio de disparos que eran para otras personas. También vecinos que fueron asesinados para robarle un auto o una batería, como los casos de Omar Fernández o de Patricio Gigena.
Dos chicos de 14 y 15 años fueron las últimas víctimas del lastimoso conteo. Se trata de Eric Galliz y Valentín Solís, que fueron emboscados y asesinados a balazos en el Fonavi de Rouillón y Seguí, en el oeste de la ciudad.
Con este número, el contador del Ministerio Público de la Acusación (MPA) rompió el récord de 2014, cuando se registraron 254 crímenes en la Unidad Regional II de Santa Fe que abarca el departamento de Rosario (esa ciudad, Villa Gobernador Gálvez, Granadero Baigorria, Pérez, Funes, Ibarlucea y Arroyo Seco, entre otras localidades).
La saga de venganzas narco desatada tras el crimen de Claudio “Pájaro” Cantero, en 2013, y la guerra entre clanes fue la principal fuerza impulsora de los asesinatos sicarios durante ese año. Al siguiente, en 2015, la cifra descendió a 234, mientras que en 2016 se abrieron causas por 181 muertes.
En 2017, el número continuó en baja y tocó el piso de 165 muertes, pero en 2018 volvió a subir a 204. En 2019 se registró otra baja (169).
Pese a las restricciones por la pandemia, en 2020 hubo otro salto. El MPA anotó 214 homicidios y la curva siguió hacia arriba en 2021 (244). Aunque todavía no cerró, el 2022 barrió con todas las estadísticas en un año que comenzó con un cruento triple crimen, al cierre de una boda narco.
Fuentes que conocen de cerca la problemática no esperan que las cifras desciendan, por el contrario, prevén que la violencia irá creciendo por la disputa entre narcos por el territorio.