La Salle, siempre protagonista en el hockey local
El Colegial cerró una gran temporada, más allá que se quedó a las puertas del título. "Fue muy positiva la temporada", afirmó Mora Bramante.
El “colegial” volvió a ocupar su sitio de privilegio entre los mejores de la temporada. Estuvo a un paso de gritar campeón. Un grupo de jugadores que lleva los colores en el corazón y una pasión que las motoriza para salir adelante.
A lo largo de la temporada, Mora Bramante se erigió y afianzó como una de las figuras de la defensa “lasasallana”. “Esta temporada fue muy positiva, sobre todo por la actitud. Fuimos progresivamente de menos a más, buscando estar entre los mejores y lo logramos, tuvimos altibajos pero nos hicimos fuertes llegando a los últimos partidos. Tuvimos un torneo regional negativo, pero nos propusimos salir adelante y en el torneo Dos Orillas y en el certamen doméstico supimos ser animadoras del certamen”.
La marcadora destacó el convencimiento del plantel en sobreponerse. “Nos basamos en seguir trabajando con la finalidad de salir adelante, es un equipo joven que está en proceso de crecimiento, mantenernos unidas nos ayuda a ir logrando esa maduración necesaria dentro de la cancha. Pasamos momentos duros de los cuales salimos más fortalecidas, eso es un gran pilar”, señaló Morita.
Un gran temperamento
El año comenzó con bajas de peso en La Salle. Tal es el caso de Ceci Pastor, Pamela Quintana, Florencia Chiani, Macarena Neme y Rocío Carlen en los últimos dos partidos del año (semifinal y final). Sobre este aspecto, Bramante manifestó que “Empezamos el año con una frase “El barco se hunde, hay que salir a remar”. Se nos presentaron muchas bajas esta temporada y proyectamos un año en donde el objetivo principal era mantenernos unidos como club y como familia para salir adelante”.
A lo que puntualizó en que “A medida que avanzamos en los partidos nos dimos cuenta de la capacidad que teníamos como grupo y equipo adentro y afuera de la cancha, esa unión nos fortaleció. Así empezamos a plantearnos distintos pequeños objetivos, paso a paso, con humildad y con respeto siempre buscando un poco más de nosotras. El objetivo de estar en los primeros cuatro lo cumplimos, después jugar la final fue una oportunidad increíble para todos, lo disfrutamos mucho”.
Morita acentuó en el enorme aplomo que tuvieron las más chicas del plantel para suplir y dar su impronta. “Las bajas siempre traen inseguridad al principio, pero tuvimos a nuestro favor las ganas de las más chicas, listas para jugar y dispuestas para demostrar que están al nivel que se necesita en un plantel superior. Estuvieron a la altura y nunca dejaron de creer en ellas mismas. Trabajamos mucho en la confianza en una misma y en nuestras compañeras, necesitamos de cada uno para poder llegar a la final, es mérito de todos”.
Identidad Definida
La Salle volvió a pelear arriba y ser agresivo en su juego. De esa manera, se metió en la definición del certamen. “El mejor momento fueron los últimos partidos que nos daban la clasificación de playoffs, y los que siguieron también. Se evidenció cómo el equipo fue creciendo, y al final llegó a un nivel que nos dejó muy conformes y contentas, y decididamente nos marcó un camino a seguir”, expresó Morita.
Además, dejó en claro la importancia de que “Las jugadas de pelota parada son claves y muy definitorias tanto en defensa como en el arco contrario. Reducir los errores para no tener estas jugadas en contra y si buscar potenciarlas para llegar así al otra área”.
A nivel personal, Mora explicó el proceso de adaptarse al cambio que implica jugar en el máximo nivel. “Desde muy chica entrené para poder jugar en Primera, este año me tocó un lugar que no me imaginaba. Me enfoqué mucho en entrenar mi cabeza para que en los momentos más complicados no me juegue en contra. Pasar de ser una de las más chicas y de repente, tener tanta responsabilidad fue difícil en ese sentido”.
Sobre cómo se preparó para esta fase, Bramante expuso que “Justamente creo que eso fue lo que intente mejorar, siempre tomé el hockey con mucha responsabilidad pero este año tuve la oportunidad de sentirme más cómoda en la cancha y eso influyó en mi juego. Me saqué presiones que tenía por ser chica y empecé a disfrutarlo más. La presión de jugar en plantel superior nunca se va, pero entrenar mi cabeza fue el primer paso”.