Lejos de mejorar, el escenario para Luis Rodríguez se dificulta en Colón. El jueves pasado se reintegró a los entrenamientos por sugerencia de su representante, Roberto San Juan, para tener derecho al sueldo, pero fue notificado por Marcelo Saralegui que no es considerado.

El argumento lo dejó claro en conferencia: "En su momento manifestó que no quería seguir en el club y nadie me comunicó otra cosa. Por eso nosotros seguimos nuestro camino".

Tras cartón, fue denunciado por un seguridad del predio por amenazas, agudizando la crisis. La relación con la dirigencia está rota y todo se encamina a una salida. El tema es la forma. Hay predisposición para negociar, pero no a costo cero como pretende Pulga, que no tiene pretemporada a los 38 años y por ahora, no tendría ofertas de otros equipos.

En materia de negociaciones cualquier cosa puede pasar y se puede dar un vuelco, pero por cómo están dadas las cosas actualmente, asoma al menos como complicado. Ya no hay mecanimos de presión para encontrar el trayecto deseado, salvo arreglar. 

Colón pretende un resarcimiento, que es el dilema de Rodríguez, que se quiere ir pero en sus términos. Caso contrario, se quedará a cumplir su contrato, pero sin jugar, algo que tampoco es saludable para las partes. El tiempo pasa y se acerca el comienzo de la Liga Profesional, por lo que será clave una resolución.