Misofonía: qué ocurre cuando no se toleran algunos sonidos cotidianos

Te dejamos algunos consejos para calmar esta ansiedad.

La misofonía es la intolerancia a los ruidos cotidianos y se trata de una condición crónica en la que sonidos específicos provocan experiencias emocionales intensas y excitación autonómica.

Se caracteriza por experimentar emociones fuertes, como ira, disgusto, irritación, asco, miedo, ansiedad y ataques de pánico. Además de una respuesta física, como constricción muscular, aumento del ritmo cardíaco y de la temperatura corporal, y dificultades para respirar.

Estos sonidos generalmente derivan del comportamiento de otras personas y no cuando uno mismo los realiza, como el golpeteo de dedos sobre una mesa, masticar, o bostezar. Quien lo sufre puede sentirse incomprendido porque se lo suele tildar de histérico o exageradamente sensible.

En la actualidad, no existe ningún tratamiento o cura, sin embargo, los profesionales pueden recomendar distintos tipos de técnicas terapéuticas para sobrellevarlo. Aunque no sean tratamientos en sí, enseñan a convivir con el problema.

Asimismo, algunos trucos que pueden ayudar son evitar los ruidos que molestan, cubrir los ruidos detonantes con música, usar tapones para los oídos, practicar técnicas de respiración y relajación, limitar el consumo de alcohol, cafeína y otras sustancias que alteren los sentidos. Acudir a terapia cognitivo-conductual, ya que ayuda a mejorar la tolerancia a los ruidos y a aprender a controlar las reacciones emocionales negativas.