Nuevas palabras y el vocabulario que trae la música urbana
"Motomami", "Beef", "Hype", "janguear" y muchos otros términos que provienen del inglés y del ámbito del hip hop, hasta canciones de Shakira, Duki y Rosalía, imponen nuevas palabras que se usan en la vida cotidiana.
A un mes de la explosiva alianza entre el productor argentino Bizarrap y la cantante Shakira, las letras de esta y otras canciones de música urbana permiten apreciar lo muy impregnado que está su lenguaje en nuestro hablar cotidiano: un vocabulario que va desde el "beef" (palabra en inglés que expresa pelea) de la colombiana para su ex, Piqué, hasta "una loba" -las recurrentes alusiones a animales- e incluso términos inventados como "Motomami" de la española Rosalía. ¿Pero es este estilo musical creador de un lenguaje propio? ¿O son sus letras un catalizador de aquello que ya sucede en el hablar popular?
Mientras los lingüistas analizan y desmenuzan el fenómeno con genuino interés, las canciones del género urbano conquistan reproducciones de a millones en las plataformas, sus estribillos son repetidos hasta el cansancio ("tú tú tú u u"), se convierten en poco tiempo en un éxito masivo y, su lenguaje ("perdón que te sal-pique"), que lleva impreso el sello de viral, da cuenta de una gran popularidad gracias a lo que algunos consideran expresiones propias o "nuevas tendencias".
Pero se sabe que la lengua es un organismo siempre vivo, nunca invivo. Lo de Shakira contra su ex Gerard Piqué ya es considerado un histórico "beef", un término que se popularizó en el mundo del hip-hop en Estados Unidos para expresar conflicto o pelea y muchos otros podrían alegar que "se picó", en referencia a la aparición de un conflicto.
Desde el "hype" (emocionarse exageradamente) que proviene del término hyperbole, o el "goteo" (triunfé) de Duki hasta el nombre artístico del puertorriqueño Bad Bunny, estos ejemplos constituyen, según recientes estudios, los tres grandes recursos del lenguaje que los músicos urbanos utilizan hoy en sus letras: términos en spanglish, palabras inventadas y referencias a animales.
"Los hablantes somos permeables a todo tipo de cosas y el léxico proviene de todo tipo de orígenes. Es probable que todas estas palabras tengan una historia previa y este género musical las captura para crear su propia identidad lírica. No podemos concluir que empezamos a usar ciertas palabras porque aparecen en un género musical. Tampoco significa que los hablantes las vamos a incorporar como parte de nuestro repertorio léxico. Hay expresiones que se ponen de moda y luego se van olvidando, como 'rompé Pepe'", dice a Télam el lingüista y lexicógrafo Santiago Kalinowski.
¿Es novedoso que un estilo de música se haga eco de un lenguaje popular, aunque los diccionarios aún no reflejan ese fenómeno, o tal vez nunca lo hagan? A la búsqueda de comparaciones, el tango fue a principios de siglo XX la gran usina que catalizó aquella jerga rioplatense llamada lunfardo que tomaba palabras de los inmigrantes y las combinaba con otras nuevas y locales. Y así, Carlos Gardel cantaba que "hoy sos toda una bacana, la vida te ríe y canta. Los morlacos del otario los tirás a la marchanta como juega el gato maula con el mísero ratón".
Muchos años después, en la década del 80, Charly García pedía en "Raros peinados nuevos" un poquito de amor, y aclaraba: "No quiero 'un toco'". Hoy La Joaqui, rapera argentina de 29 años, corea que "a tu perro lo vuelvo mi gato".
Para el lingüista colombiano David Marin, "la relación entre lenguaje y sociedad es una simbiosis: una es reflejo de la otra. La lengua va adoptando nuevas palabras por cómo la sociedad percibe su entorno. Lo vimos una y otra vez con nuevos ritmos a lo largo del tiempo: el uso de palabras nuevas, de adaptaciones, de expresiones que no forman parte del castellano son sencillamente reflejo de cómo las personas necesitan expresar todo lo que estamos absorbiendo de la sociedad, cada vez más conectada, cada vez más veloz".
Justamente "la velocidad -añade Marin- es algo propio de este género musical, así como la crítica social y el desapego a algunas normas".
El amplio abanico de ejemplos vinculado a este estilo de música incluye por ejemplo, "frontear", usada por el rapero argentino Duki, que define cuando alguien ataca a otra persona, mientras que "joseando" (canción del rapero venezolano Big Soto) es un término inventado cuyo origen proviene de la palabra en inglés "hustle" que significa ajetreo, estar de un lado a otro.
Según analiza Kalinowski, integrante de la Academia Argentina de Letras, "hay un momento de vigencia de una obra artística -en el cine, la televisión, los cómics- que puede dar lugar a apariciones de palabras en las redes sociales, pero el proceso de incorporación de léxico es mucho más azaroso y también es mucho más largo. Hay un paso enorme entre que una palabra se use por influencia de una obra y que pase a formar parte de la lista disponible de un hablante para comunicarse".
En esa misma línea se expresa Marin, lingüista senior de la app Babbel, una plataforma de aprendizaje de idiomas: "Si analizamos las canciones de este género son el reflejo de lo que vivimos hoy, pero me pregunto hasta qué punto va a ser válido en el futuro. Eso no lo podemos predecir en este momento. Estas representaciones culturales expresan problemas cotidianos a través de la música, con ritmo, con rima. Eso es algo que viene de hace varias décadas pero adquiere nuevos sonidos, nueva poesía", detalla.
La española Rosalía tiene un contagioso "idioma propio" en la música, especialmente con su último disco "Motomami" donde reza: "Baby, no me llames que yo estoy ocupá' olvidando tus males. Ya decidí que esta noche se sale con toda' mis motomami'", dispara la cantante en una de sus letras más celebradas con su canción "Despechá". Con esta palabra quiere hacer referencia a la fuerza (moto) y a la fragilidad (mami), según la propia cantante.
¿Es Motomami la "percanta que me amuraste" 3.0? "La analogía es correcta, es decir, si hablamos de una palabra que se hace popular porque está en una canción vigente. Pero hay una búsqueda en motomami casi como una marca registrada, como crear una especie de eslogan que sea inmediatamente identificable con una artista. Desde el punto de vista de la circulación me parece que puede ser muy eficaz, pero de ahí a considerar que se trata de un fenómeno léxico, hay una distancia muy grande", insiste Kalinowski, quien es además miembro de la Academia del Lunfardo.
Para el lingüista colombiano, "motomami es una composición que suma dos sentidos que asociamos con palabras aisladas y crea un nuevo significado. Pero -advierte- son los oyentes los que ponen a rodar, o no, esa palabra. Quién sabe si es la moda de algunas semanas, de unos meses o quizás un día se incorpore en los registros de la Real Academia Española. Pero para eso tendría que pasar bastante tiempo. No lo sabemos. En todo caso es un hit del presente y como tal debemos maravillarnos de estas representaciones artísticas que ponen a prueba nuestro esquema de reglas y leyes".