Tragedia de Once: nuevo aniversario y pedido de justicia

Al menos 51 personas que murieron, entre ellas una embarazada, y casi de 800 que resultaron heridas cuando un tren de la línea Sarmiento se estrelló en Once.

"Justicia es memoria", expresaron este miércoles sobrevivientes y familiares de las víctimas a 11 años de la tragedia de Once, el accidente ferroviario en el que murieron 51 personas -entre ellas, una embarazada- y casi 800 resultaron heridas.

"Justicia también es acción, es empatía desde y hacia otros casos similares. Justicia es memoria, justicia es que no se repita", dijo Paolo Menghini al leer el documento de familiares y víctimas de la tragedia de Once durante el acto.

Menghini es el padre de Lucas Menghini Rey, el joven de 20 años cuyo cuerpo fue encontrado y recuperado 60 horas después del accidente ocurrido el 22 de febrero de 2012, cuando una formación de la línea Sarmiento se estrelló contra los paragolpes de contención del andén 2 de la Estación de Once, en la Ciudad de Buenos Aires.

El acto comenzó a las 8.32 en el andén 1 de la estación Once de la línea de tren Sarmiento con la conducción de la periodista Gisela Busaniche y la presencia de familiares y amigos que sostenían carteles con el mensaje "Ju5t1cia" en referencia al número de víctimas fatales.

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El padre de Menghini Rey recordó que su lucha es "desde la construcción social" y no "desde la venganza, la revancha y el dolor".

"Creemos que es imprescindible que nadie más atraviese lo que atravesamos nosotros y que nuestra experiencia sirva para que eso no suceda", sintetizó.

Al inicio del acto sonó una sirena durante alrededor de un minuto, mientras los participantes mantenían silencio con rostros conmocionados, y al finalizar nombraron a cada una de las 51 víctimas, junto al grito "presentes, ahora y siempre".

Además de ese ejercicio de memoria, los organizadores sumaron un pedido por reparación y mejoras en el estado de los trenes.

Otros familiares de víctimas tomaron la palabra para recordar especialmente a Juan Carlos Alonso y al padre jesuita Diego Fares, quienes acompañaron a lo largo de los años la lucha por el pedido de justicia y fallecieron el año pasado.

Nicolás, un joven de 23 años, tenía 12 cuando ocurrió la tragedia en la que falleció su tío, "Coqui", y desde ese momento recuerda cómo su abuelo Juan Carlos y su esposa Haydée "iban todo el tiempo a juntarse con los familiares de las víctimas".

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"No faltó a ninguna audiencia nunca, creo que una sola porque estaba enfermo", recordó en diálogo el joven estudiante de Psicología, que es DJ y durante el acto llevaba puesta la casaca de Vélez Sarsfield porque su abuelo era fortinero.

"A la hora de buscar palabras, qué decir, resuena siempre la palabra justicia. Pero me empecé a preguntar: ¿justicia por quién quiero más ahora? Y es por quien tengo al lado, que es mi abuela, mis familiares, y por mí", dijo Nicolás, quien reclama por una sentencia firme, asistencia psicológica para familiares de víctimas y un "acceso a la justicia directo y transparente".

A 10 años de la tragedia, los condenados en un primer juicio oral, iniciado en 2013, tienen libertad condicional o prisión domiciliaria, mientras la Corte Suprema de Justicia tiene pendiente de resolución un recurso de queja de la defensa del ex ministro de Planificación Federal Julio De Vido, quien fue condenado en un segundo juicio en 2018 a 5 años y ocho meses de prisión.

Los padres de Lucas, Paolo Menghini y la diputada María Luján Rey (JxC), leyeron el documento de las familias y amigos de víctimas de la tragedia de Once, donde resaltaron la necesidad de una condena firme, una reparación para quienes sufrieron la pérdida de seres queridos en el siniestro y mejoras en las condiciones del servicio ferroviario de pasajeros y de carga.

"Es urgente y es justo que los proyectos de ley impulsados por muchos diputados tengan tratamiento en la Cámara de Diputados y en el Senado de la Nación. No todos los familiares tuvieron la fuerza de afrontar un juicio y sin embargo el Estado hoy los ignoran", dijo Rey, en referencia a la necesidad de una reparación.

"Creo que pocas veces nos costó tanto hacer esto", dijo Paolo, conmocionado, mientras Nicolás lo abrazaba de espaldas, y al finalizar de enumerar los pedidos, exclamó: "Es hora de que quede cerrada la etapa del proceso".

Tras una hora de iniciado el acto, que contó con música, recuerdos y reclamos, sus participaron cerraron el evento al grito repetido de "justicia para los muertos y heridos de Once".