A sus ochenta años Droopy está más presente que nunca

Debutó en “Dumb hounded” (“El Sabueso tonto”) el 20 de marzo de 1943 en un corto animado dirigido por Tex Avery para la Metro-Goldwyn-Mayer. La historia de un perro aparentemente apático que se hizo parte del habla cotidiana.

Hace 80 años nació uno de los personajes más famosos del mundo de la fantasía: Droopy, el basset hound cansino e invencible cuya característica más recordada es su absurda omnipresencia. A tal punto trascendió que su nombre se hizo parte del habla cotidiana como apodo para las personas que aparecen por todos lados.

Droopy debutó protagonizando “Dumb hounded” (“El Sabueso tonto”), el 20 de marzo de 1943, un corto animado dirigido por Frederick “Tex” Avery para la Metro-Goldwyn-Mayer. Se trata de un capítulo memorable, que dejó sentadas las bases del personaje. En la primera escena, un lobo se escapa de una prisión, una parodia de una cárcel de máxima seguridad neoyorquina. Luego de una andanada de sabuesos alterados sale a perseguirlo, aparece caminando un perro distinto.



Con andar desganado y voz monótona, mira a cámara: “Hola gente feliz...¿saben algo? Yo soy el héroe", se presenta. Luego, lo impensable se desencadena sin descanso.

Pese a su aspecto y a su aparente apatía, nuestro héroe logra aparecer en todos lados sin darle respiro al prófugo. Aunque el lobo intenta escapar a toda velocidad en auto, motoneta, tren, avión y caballo hasta una alejada guarida, en donde cierra incontables puertas una tras otra, Droopy consigue aparecer a su lado.

El capítulo se inspira en otra creación de Avery para las Merrie Melodies de la Warner: “La tortuga le gana a la liebre” (“Tortoise Beats Hare”), de 1941, un dibujito basado libremente en la fábula de Esopo, donde la tortuga Cecile compite con nada más y nada menos que Bugs Bunny, que todavía no había desplegado toda su personalidad. Cecile es un antecedente de Droopy que logra burlar nada más al conejo de la suerte, algo que luego ningún otro antagonista consigue.



A su vez, este corto retoma ideas similares de otro corto de Avery, “The Blow Out”, de 1936, donde una versión primitiva del cerdito Porky se le aparecía en todos lados a un terrorista que intentaba perpetrar un atentado con explosivos.

Droopy toma mucha de su personalidad de un personaje llamado Wallace Wimple que aparecía en “Fibber McGee and Molly” uno de los shows más populares de la era de oro de la radio estadounidense. El actor que hacía de Wimple, Bill Thompson, fue quien interpretó a Droopy en la versión original.

En otro epidosio muy recordado, “Northwest Hounded Police”, de 1946, volveremos a ver a Droopy persiguiendo al lobo hasta volverlo loco, apareciendo en todas partes. Aquí sí, se revela que Droopy cuenta con ayuda para estar en todos lados .

A ciencia cierta estos son los dos únicos capítulos donde el perro es omnipresente, la característica por la cual pasó a la historia.

En otros capítulos se lo verá en distintas facetas, siempre imponiéndose a su contrincante, ya sea como heredero de una fortuna, como vaquero o como toreador mexicano. También supo protagonizar con sus hermanos en una recreación del cuento de los tres cerditos.

Además del lobo, su otro rival es otro can: Spike o Butch, el bulldog, que a veces es mudo y en otras oportunidad habla. Como quiera que sea, Droopy siempre vence. 

Como parte del permanente delirio creado por Avery, Droopy tiene una fuerza desproporcionada que demuestra cada vez que se enoja, algo que no sucede muy a menudo, como cuando vence a un toro o a un dragón. Otro poder que tiene el perrito invencible es que si su contrincante corta un árbol para aplastarlo, el árbol siempre cae del lado contrario.

A Drooy a veces se lo ve contento. Son pocos momentos: a veces baila moviéndose de un lado a otro, una imagen transformada en gif. En otras oportunidades se descontrola: ya sea cuando gana una recompensa por atrapar al lobo o cuando recibe un beso.

Es que Droopy no solo tenía contrincantes. El perrito se enamoraba de las humanas con bastante facilidad. En “The Shooting of Dan McGoo” y en “Wild and Woolfy”, el segundo y tercer capítulo respectivamente, hace su aparición una damisela en apuros. Se trata de “Red” la curvilínea femme fatale de uno de los clásicos de Avery, “Red Hot Riding Hood” (1943), que inspiraría años más tarde a Jéssica Rabit, la protagonista de “¿Quién engañó a Roger Rabbit?”.
Así, veremos una y otra vez como Droopy defiende a su amada de las garras del lascivo lobo que se desespera ante su belleza.

En “Señor Droopy”, el capítulo de 1949 en el que aparece como torero, su objeto de deseo es una mujer real, a quien podremos ver en una fotografía real y en persona: Lina Romay, actriz y cantante de origen mexicano.

En total, en esta etapa se grabaron 24 capítulos, la mayoría dirigidos por Avery. Otros directores fueron Dick Lundy, Michael Lah y dos nombres muy conocidos: William Hanna y Joseph Barbera, creadores de las otras estrellas de la MGM, Tom y Jerry. El último capítulo, “One Droopy Knight” (1957), fue nominado por la Academia a los premios Oscar, pero no ganó. De todas maneras, para esa altura, el estudio de animación de la MGM ya había cerrado.