Los pros y contras de estudiar por la noche
Doce consejos para sacarle el máximo provecho a esta práctica.
Al igual que cada estudiante tiene un estilo de aprendizaje único, cada uno es más productiva en diferentes momentos del día. Elegir el mejor momento para estudiar es una cuestión de preferencias y circunstancias, teniendo en cuenta cuándo se tiene mayor predisposición, energía y concentración.
En este aspecto, la ausencia de distracciones nocturnas puede generar un ambiente propicio. Algunos afirman que poseen mayor capacidad de atención y son más creativos a altas horas de la noche. Sin embargo, para que el estudio nocturno resulte beneficioso es necesario dormir y descansar lo suficiente.
Estudiar por la noche antes de dormir ayuda a que el cerebro procese mejor la nueva información. También mejora la concentración, ya que existen menos distracciones que durante el horario diurno y, si dormiste algo antes de comenzar a leer, lograrás que la mente esté más despejada.
Aquellos que están acostumbrados a quedarse despiertos hasta tarde podrán aprovechar para sumar horas de estudio. Por otro lado, investigaciones dieron como resultado que es posible que el estrés disminuya si, en lugar de madrugar, se estudia durante la noche, debido a que los que madrugan poseen niveles más altos de cortisol, el responsable del estrés.
Existen ciertas desventajas, ya que se va en contra de los ritmos circadianos de luz y oscuridad, lo que puede provocar un aumento del cansancio y agotamiento. Al no estar expuestos a la luz del día, no aumentará la producción de serotonina, hormona que ayuda al aprendizaje y la memoria.
Además, la concentración puede verse mermada por la privación de sueño y, por lo tanto, empeorar la retención de la información, favoreciendo el olvido de lo aprendido.
Ya sea por propia elección o por no disponer de otro momento, estos son algunos consejos para sacar el máximo provecho a los estudios nocturnos.
– Establecer un horario de estudio y cumplirlo.
– Crear un buen ambiente sereno y con las mínimas distracciones.
– Mantener un hábito de sueño saludable y dormir las horas suficientes.
– Dormir al menos una hora antes de empezar.
– Comer correctamente y de manera saludable para mantenerse despierto.
– Estudiar en una habitación bien iluminada para permanecer despierto y engañar al cerebro para que crea que es de día.
– No estudiar en la cama.
– Comenzar por los temas difíciles antes de entrar en los conceptos fáciles. Al principio tendrás más energía y estarás mentalmente alerta.
– Tomar notas mientras estudiás.
– Beber agua para mantenerse hidratado.
– Hacer pausas cortas.
– Dormir después del estudio al menos cuatro horas para que el cuerpo descanse y tu cerebro retenga la información.