‘Sound of Freedom’ la película a la que Netflix le dijo que no
Este filme está basado en una historia real sobre el tráfico sexual con menores.
Sound of freedom está libremente inspirada en el caso real de Tim Ballard, antiguo agente especial del Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos que estuvo destinado a investigar casos de tráfico sexual en menores, especialmente los que tenían lugar en la frontera de México con Estados Unidos y en Latinoamérica. A lo largo de su vida Ballard se ha convertido en un adalid de la defensa de cientos de vidas, y esta película recoge algunos de los episodios de su vida rescatando a jóvenes de la mano del cártel de la trata de menores.
La película apenas costó 14 millones de dólares, y la mayoría de ellos fueron obtenidos a través de crowdfunding pues la productora (Angel Studios) tampoco es de gran entidad. Sin embargo, en apenas una semana se han hecho con el liderazgo de la taquilla, recaudado 40 millones y superado a la gran película que ocupaba el primer puesto, Indiana Jones y el dial del destino. Aunque parezca mentira, su secreto va mucho más allá de tocar un tema tan escabroso y poco explotado en el cine como el tráfico sexual en menores.
El caso ‘Pay it forward’
Dirigida por el mexicano Alejandro Monteverde y producida por Santa Fé Films, la película lleva rodada desde 2018, pero no ha sido hasta ahora que por fin ha visto la luz. El motivo se debe en gran medida a que los derechos de la película pertenecían a 20th Century Fox, que como muchos sabrán terminó siendo adquirida por Disney, quien a la postre decidió meter la película en un cajón. Fue entonces cuando acudió al rescate Angel Studios, una distribuidora asentada en Utah y especializada en las películas destinadas a la comunidad religiosa de los Estados Unidos, una corriente que ha ido aflorando con cada vez más fuerza en los últimos años y a la que por ejemplo pertenece Mel Gibson.
Angel Studios y el propio Gibson se han encargado de empujar fuerte por la película, este último recomendándola a sus seguidores pero el estudio orquestando una gran campaña en redes sociales diseñada para captar la atención del público más conservador y cristiano de Estados Unidos. Aun con todo, el efecto llamada no habría sido posible sin un elemento diferenciador y que ha aupado en gran medida a lo más alto a Sound of freedom, el método Pay it forward.
Porque el gran éxito de la película se debe en gran medida a esta estrategia de venta, en la cual la gente puede pagar por una serie de entradas para que la vean otras personas de manera gratuita. Un novedoso y solidario modelo de distribución que permite a la gente pagar entradas en cantidades amplias, para que puedan ver la película desde compañías parroquiales a iglesias.
“Esta tecnología permite empoderar a la gente gracias a la generosidad de otras personas que quieren que veas una película, lo que permite que la capacidad económica de las personas no sea un impedimento para poder ir a ver la película y emocionarte con ella”, explicaba Jared Geesey, vicepresidente de Angel Studios. Aun queda por ver cómo será la andadura de esta película en nuestro país, donde este método es inédito y no existe una comunidad religiosa tan volcada con el cine, pero lo que ya nadie le discute a Sound of freedom es que se ha convertido en una película milagro digna de estudio.