Diez hábitos para un cerebro sano
Cómo cuidar uno de los órganos más importantes que tenemos
El cerebro es uno de los órganos más importantes, que no suele mandar señales de aviso de que algo no funciona correctamente hasta que el daño es notable. Se recomienda mantener hábitos beneficiosos para el mismo y así tener una mayor probabilidad de envejecer sin secuelas neurológicas.
1- Hacer cosas que estimulen la actividad cerebral como leer, escribir, bailar, escuchar música, juegos de mesa, manualidades, acudir a eventos culturales, resolver crucigramas, aprender un nuevo idioma, viajar, conversar…
2- Potenciar las relaciones sociales y afectivas evitando la incomunicación y el aislamiento social. Participar en actividades de grupo, colaborar con la sociedad, etc.
3- Evitar el estrés y tener una actitud positiva frente a la vida. La risa puede un buen aliado.
4- Practicar ejercicio físico moderado de forma regular y evitar el sedentarismo.
5- Llevar una dieta equilibrada, evitando el sobrepeso. Potenciar el consumo de frutas y verduras, pescado, aceite de oliva, pescado azul, vegetales y frutos secos, pueden aumentar la protección cerebrovascular frente a enfermedades como la esclerosis múltiple, reducir el colesterol malo y aumentar el bueno.
6- Evitar tóxicos como alcohol, tabaco y drogas.
7- Dormir con un sueño de calidad y una duración adecuada. Esto está involucrado en procesos fisiológicos, como la consolidación de la memoria, la regulación hormonal, el control de la respuesta inmune e inflamatoria, la regularización vascular, el procesamiento emocional, etc.
8- Controlar los factores de riesgo vascular, como la tensión arterial, la diabetes o la hiperglucemia.
9- Proteger el cerebro contra las agresiones físicas del exterior mediante el uso de casco o del cinturón de seguridad, para así prevenir las consecuencias de los accidentes, especialmente los laborales y los de tráfico.
10- El estrés es uno de los principales factores precipitantes de ciertas enfermedades neurológicas, como ocurre con las cefaleas, y favorece a que se manifiesten antes o empeoren los síntomas de otras enfermedades, como las neurodegenerativas.