La sonda rusa Luna-25 se estrelló en la superficie lunar
La agencia Roscosmos señaló que el aparato no tripulado “dejó de existir tras una colisión”. El lanzamiento fue el primero de Rusia desde 1976, cuando formaba parte de la Unión Soviética
Luna-25, la primera sonda lanzada por Rusia hacia la Luna desde 1976, se estrelló en el satélite terrestre tras un incidente ocurrido el sábado durante una maniobra previa a su alunizaje, que estaba previsto el lunes, anunció la agencia espacial Roscosmos.
El accidente se produce después de que Roscosmos informara el sábado de una “situación anormal” que sus especialistas estaban analizando. El sábado “hacia las 14H57 [11H57 GMT], la comunicación con Luna-25 se interrumpió”, explicó la agencia espacial rusa en un comunicado este domingo. “Según los resultados preliminares” de la investigación, el aparato “dejó de existir tras una colisión en la superficie lunar”, añadió Roscosmos.
Según los resultados del análisis preliminar, el motivo del accidente fue “la desviación de los parámetros reales de impulso” calculados con anterioridad.
La agencia, que el sábado informó sobre “una situación de emergencia” cuando los motores impulsaron a la Luna-25 hacia la órbita previa al alunizaje, adelantó que creará una comisión especial para esclarecer las causas del siniestro.
Con la tragedia de la estación automática rusa, ahora la sonda india Chandrayaan-3 tiene todas las papeletas para ser la primera en alunizar este miércoles en el Polo Sur.
La sonda rusa debía posarse en la superficie de la Luna el 21 de agosto, es decir, dos días antes que la sonda india, que fue lanzada el 14 de julio.
Luna-25, que partió el 11 de agosto desde el cosmódromo Vostochni, en el Lejano Oriente ruso, entró en órbita este miércoles, tras cinco días y casi diez horas de travesía. En todo momento Roscosmos informó de que los sistemas de la nave funcionaban con normalidad y, de hecho, envió a la Tierra imágenes de la superficie lunar y detectó el impacto de un micrometeorito, entre otros fenómenos.
La Luna-25, heredera de la soviética Luna-24, la tercera nave espacial en recabar muestras de la superficie lunar en agosto de 1976, esperaba encontrar en el satélite terrestre agua en forma de hielo.
Una nave soviética, la Luna-2, ya fue la primera en posarse sobre dicho satélite en 1959, proeza que EEUU emuló años después con su programa Ranger.
Con el Luna-25, Moscú esperaba continuar el legado de su programa Luna de la era soviética, marcando un retorno a la exploración lunar independiente frente al creciente aislamiento de Occidente.
La sonda Luna-25, de 800 kilos de peso, iba a realizar un aterrizaje suave en el polo sur lunar, el primero de la historia.
Rusia no ha intentado aterrizar en un cuerpo celeste desde 1989, cuando la malograda sonda Fobos 2 de la Unión Soviética para explorar las lunas de Marte fracasó debido a un fallo en el ordenador de a bordo.
El jefe de Roscosmos, Yuri Borisov, había afirmado que la empresa sería “arriesgada”, y en junio le dijo cara a cara a Vladimir Putin que la probabilidad de éxito era de “alrededor del 70%”.