Mueren más de 200 lobos marinos en las costas de Chubut

"Los cuerpos sin vida fueron registrados en los últimos semanas en un proceso que es paulatino pero sostenido", dijo el director de fauna y flora de Chubut, Fernando Bersano.

El director de fauna y flora de Chubut, Fernando Bersano, informó hoy que "se contaron aproximadamente 210 ejemplares de lobos marinos muertos en distintos puntos de las costas de la provincia de Chubut en los últimos 17 días", aunque solo una parte de esos decesos pueden se adjudicados a la influenza aviar.

"Los cuerpos sin vida fueron registrados en los últimos semanas en un proceso que es paulatino pero sostenido, de los cuales más de 30 dieron positivos al virus y otros presentan los síntomas", explicó el funcionario.

Sin embrago, Bersano aclaró: "Hay otras muertes que tienen que ver con causas naturales y no con esta epidemia, sobre todo entre los ejemplares más pequeños, porque hay más cachorros en las colonias que es la franja más vulnerable".

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Lo complejo del llamado "circuito silvestre" es que es imposible controlar y prevenir, hay que dejar que la enfermedad evolucione y sea la especie la que se adapte generando sus propios anticuerpos.

Chubut cuenta con una línea de costa marítima estimada en unos 1.200 kilómetros, en muchos tramos con caletas, bahías y cañadones de difícil acceso, por lo que no puede precisarse con exactitud el impacto en las colonias esparcidas a lo largo del extenso frente costero que no están a la vista.

El último reporte en este distrito con gran nivel de mortandad en colonias de ejemplares fallecidos fue sobre la Bahía de Camarones y más al norte, en Cabo Raso, unos 120 km. al sur de Rawson, la capital del Chubut.

Ya se habían censado animales muertos "positivos" en influenza aviar sobre el extremo norte de este distrito, más precisamente sobre Península Valdés.

De manera preventiva, el gobierno del Chubut dispuso hace dos semanas la restricción de ingreso a esa la zona y se prohibió precautoriamente actividades como buceo y kayak en áreas cercanas a apostaderos.

Esta epizootia, es decir epidemia en animales, tuvo una extraña evolución y pasó de las aves a los lobos marinos, particularmente los de un pelo, que una vez contagiados exhiben dificultades para respirar, torpeza en los movimientos y desorientación, entre otros síntomas.