Hace algunas semanas, oyentes de LT10 alertaron sobre un cambio en el paisaje de la zona del Club Náutico Sur: apareció un paredón de importantes dimensiones que recorre todo el perímetro de esa institución.

El móvil de Luis Amsler se acercó al lugar para mostrar la estructura y consultar con las autoridades de la entidad. 

La pared se construyó hace unos tres meses. Tiene una altura de 2,40 metros y un largo de unos 200 metros aproximadamente.

Desde el club argumentaron la decisión de levantar ese cerco en la necesidad de reforzar la seguridad. Y de hecho, no son pocos los hechos delictivos que vienen sufriendo: hace pocos días, por ejemplo, se llevaron el motor de una de las embarcaciones que tiene un costo de 4 millones de pesos.

Sin embargo, ¿es ese motivo suficiente para separar a la ciudadanía de su río? La integración entre la una y el otro, la reconciliación de los santafesinos con el agua que los rodea, viene forjándose hace décadas, y tuvo su punto bisagra con el derribamiento del muro del Puerto de Santa Fe, que derivó en un gran desarrollo ambiental y edilicio en esa zona. 

¿Puede una institución privada desoír una política que fue consensuada hace mucho tiempo atrás, y que incluso fue muy batallada por algunos vecinos? Desde el Naútico Sur aseguran que obtuvieron la correspondiente autorización municipal para efectuar las obras. Fuentes cercanas al Ejecutivo local, en cambio, negaron a LT10 dicha autorización. La polémica, entonces, deberá ser saldada por las autoridades competentes.