Riquelme cerrará su mandato sin la séptima Copa Libertadores

Tras la caída frente a Fluminense en la final, el Diez no pudo lograr lo que se había propuesto en diciembre del 2019: conseguir la ansiada séptima conquista de América.

"La Copa Libertadores vale como 10 campeonatos argentinos", sentenció Juan Román Riquelme en octubre del 2015, a dos meses de la consagración del River de Marcelo Gallardo después de 19 años. Ese mantra que motivó el Torero durante la etapa de Daniel Angelici como presidente de Boca lo llevó a postularse a las elecciones de diciembre del 2019 con el objetivo de volver a poner al Xeneize en lo más alto de América. Sin embargo, en sus cuatro años como vicepresidente de la institución, no ha podido lograrlo y finalizará su primer mandato con una cuenta pendiente que le duele.

El leitmotiv de la candidatura del oriundo de San Fernando y Jorge Amor Ameal era que Boca "volviera a ser un club de fútbol", según lo que profesaba constantemente el Diez. La fórmula opositora, que también estaba integrada por el empresario Mario Pergolini en un principio, venció en los comicios a la del oficialista Christian Gribaudo con el 52 por ciento de los votos y se propuso cumplir con la promesa que no había conseguido el Tano: viajar a Japón para disputar el Mundial de Clubes.

"Estoy cansado de que los gallinas sigan festejando", había expresado Román durante un acto de campaña en Florencio Varela. Y si bien es cierto que logró que el Xeneize levantara más títulos que su rival a partir del 2020 (seis contra cuatro), el Millonario todavía conserva el honor de ser el último equipo argentino en ganar la Copa Libertadores, justamente contra Boca en aquella histórica final del 9 de diciembre del 2018 en el Santiago Bernabéu de Madrid.

La gestión Riquelme tuvo oportunidades concretas de alzar el torneo en este tiempo. En su primer certamen, el equipo comandado por Miguel Ángel Russo cayó estrepitosamente en la semifinal ante Santos en Brasil. Luego de un cerrado 0-0 en La Bombonera, el cuadro paulista lo goleó 3-0 en el Urbano Caldeira y le arrebató la posibilidad de acceder a la final.

En la del 2021, el Xeneize perdió frente a Atlético Mineiro 3-1 en los penales tras empatar sin goles en el tiempo reglamentario. En la ida le anularon un gol a Diego González por un presunto empujón de Norberto Briasco en la misma jugada. Y en la vuelta, el Pulpito volvió a sufrir al VAR: le cobraron una posición adelantada milimétrica cuando Weigandt había puesto el 1-0. “Todos estamos de acuerdo en que Boca fue merecedor en los dos partidos, ganó los dos partidos, pero cuando vos metés los goles y no te los quieren cobrar, no podés hacer nada. Es tan simple como eso”, disparó el Diez en aquella ocasión.