Roger Waters prohibió fotos y cámaras de TV para show en la Argentina
El ex bajista de Pink Floyd, Roger Waters, trae a Buenos Aires su espectáculo "This Is Not A Drill", un evento que promete una inmersión en la música de álbumes emblemáticos.
El ex bajista de Pink Floyd, Roger Waters, trae a Buenos Aires su espectáculo "This Is Not A Drill", un evento que promete una inmersión en la música de álbumes emblemáticos como "The Wall", "Dark Side of the Moon" y "Wish You Were Here", incluyendo la presentación de su última obra, "The Bar".
Las actuaciones en el estadio River Plate no solo destacan por su propuesta artística sino también por la polémica política que las envuelve, especialmente en torno a las declaraciones a favor del terrorismo de Waters sobre el conflicto entre Hamas e Israel.
Waters ha expresado su crítica al gobierno israelí y su postura sobre el conflicto, lo que ha generado controversia y reacciones adversas. Diferentes entidades judías han acusado al artista de antisemitismo, lo que ha tenido repercusiones en su gira, incluyendo la cancelación de reservas en hoteles de renombre en Uruguay, Buenos Aires y Bogotá. Waters defiende su posición, asegurando que no alberga pensamientos antisemitas, sino que condena las acciones del gobierno israelí.
En respuesta, Jorge Knoblovits, presidente de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), ha catalogado a Waters como un “propagador serial del discurso del odio” y ha instado a la justicia a estar alerta ante posibles delitos. Recientemente, se presentó una denuncia ante la justicia penal argentina contra Waters, acusándolo de antisemitismo.
A nivel musical, el concierto promete ser una experiencia única, con una dedicación especial al álbum "The Dark Side Of The Moon" y una interpretación emotiva de "The Bar", dedicada al hermano fallecido de Waters. La banda de Waters incluye a músicos destacados como Dave Kilminster, Jon Carin, Gus Seiffert, Joey Waronker, Amanda Belair y Seamus Blake.
Sin embargo, la organización del evento ha sido marcada por el secretismo y restricciones: la ubicación del hospedaje de Waters en Buenos Aires se mantiene en reserva, y se ha anunciado que no se permitirán fotógrafos ni cámaras de video durante el show, una decisión inusual que ha sumado más controversia a la gira.