Cristina convocará a opositores a la ofensiva internacional por Malvinas
Después de que Argentina aceptara la mediación de la ONU, el diputado Julián Domínguez, jefe de la cámara baja, busca un acercamiento con legisladores. Se anunciará en pocas horas el nuevo embajador ante Naciones Unidas.
Involucrar a los legisladores de la oposición y designar al nuevo embajador argentino en Naciones Unidas. Son dos decisiones urgentes en la estrategia por Malvinas que evaluó Cristina Kirchner en el fin de semana, luego de la presentación que hizo el canciller Héctor Timerman ante el Consejo de Seguridad de la ONU, en donde denunció la militarización del Atlántico Sur y la introducción de material nuclear en la zona por parte del Reino Unido.
En el año del 30 aniversario de la guerra de 1982, la Presidente diseña personalmente la ofensiva diplomática internacional para presionar a Londres a que cumpla con las resoluciones de la ONU y se siente a dialogar sobre la soberanía del archipiélago. Así le ordenó al canciller de un día para otro que viaje a Nueva York, básicamente porque desde noviembre pasado, cuando trasladó al embajador Jorge Argüello a Washington, no hay representante argentino ante la ONU, un hueco significativo teniendo en cuenta que la principal ofensiva argentina se juega en este organismo internacional. Cristina tiene una lista de candidatos, la mayoría de origen político y no de carrera diplomática, y estaría decidida a definir el tema en los próximos días.
Porque es en Naciones Unidas donde la Argentina sigue apostando sus principales cartas.
De hecho hoy el canciller aceptará con una carta al presidente de la Asamblea General Nassir Abdulaziz Al-Nasser su ofrecimiento de mediación entre Londres y Buenos Aires a través de su compromiso “y su disponibilidad para coordinar entre las partes de ser necesario”. En su encuentro con Timerman, la misma gestión había sido ofrecida por el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon.
En el 2006 fue el ex canciller Jorge Taiana quien pidió los ‘buenos oficios’ del entonces secretario de Naciones Unidas, Kofi Annan, para sentar a la mesa al Reino Unido por el tema Malvinas.
El problema no es conseguir la mediación, sino que el gobierno británico ha ignorado sistemáticamente las resoluciones del organismo, y también sus llamados al diálogo.
La otra idea que pondrá en marcha el Gobierno es la de involucrar a legisladores de la oposición en sus futuras movidas internacionales.
Y es que la convocatoria de la Presidente la semana pasada a Casa Rosada bajo la sola consigna de que se hablaría de Malvinas fue todo un éxito, y tuvo un doble impacto positivo. A la oposición la cubrió de madurez política al sentarse a escuchar el anuncio en Casa Rosada, y luego encolumnarse sin fisuras detrás del reclamo nacional. Y Cristina pudo mostrar la primera foto con la dirigencia que hasta ahora había tildado de destituyente, y aunque no hubo demasiados gestos de amabilidad para con sus invitados, el acto fue un gesto fuerte de institucionalidad hacia adentro y hacia afuera.
En agenda hay una serie de actos por el mundo, ante foros internacionales, y también ante Parlamentos del mundo, festivales en las plazas de las principales ciudades del mundo con panfletos, una carta de la Presidente y artistas argentinos que expresen ‘con buena onda’ por qué las Malvinas son argentinas. Habrá que ver si los legisladores de la oposición están dispuestos a involucrarse en la movida. Las gestiones, discretas, están a cargo del titular de la Cámara, Julián Domínguez, y ya comenzaron.