Cerveza y diabetes: todo lo que debés saber
Qué tener en cuenta respecto a su consumo si se padece esta enfermedad.
La cerveza contiene principalmente carbohidratos procedentes de los cereales (cebada, malta) y aporta calorías vacías, ya que no contiene nutrientes de los que nos podamos beneficiar.
Sus calorías provienen tanto de los carbohidratos como del alcohol. Su consumo puede conllevar el empeoramiento de la prediabetes y el aumento del riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
Esta bebida se fermenta a través de la acción de algunas levaduras, lo que provoca la formación de alcohol y gas carbonatado (que aporta las burbujitas y la espuma). Para que esas levaduras puedan actuar, necesitan un sustrato, una fuente de energía, y son los azúcares de los cereales los que les sirven de alimento. El almidón de los cereales se fermenta y se convierte en glucosa y maltosa, que son asimiladas por las levaduras.
Aunque estos azúcares no forman parte del producto final, porque se apartan durante el proceso junto con los cereales, en el proceso de fermentación también se forman azúcares de cadena larga (dextrinas) que no son digeribles por las levaduras y por lo tanto estarán presentes en la cerveza final.
Cuanto más alimento (azúcares) se aporta a las levaduras, mayor será la graduación alcohólica, ya que habrá habido más fermentación. Los carbohidratos y el índice glucémico alto de la cerveza (especialmente con alcohol) pueden tener un impacto en tu glucemia, y por tanto elevar los niveles de glucosa en sangre.
Es importante tener en cuenta que el alcohol aporta una gran cantidad de calorías vacías. Esto puede contribuir a un aumento de peso y una peor gestión de la diabetes, ya que provoca hipoglucemias. Esto ocurre porque, al consumirlo, el hígado intenta descomponerlo y ve disminuida su capacidad para liberar glucosa al torrente sanguíneo.
Las cervezas sin alcohol o las 0,0 suelen contener una mayor cantidad de azúcares que aquellas que llevan alcohol, precisamente porque se lleva a cabo una fermentación mucho más leve, con la finalidad de no generar alcohol.
Para evitar esta cantidad de azúcares, hoy en día las empresas cuentan con tecnologías que permiten, por ejemplo, eliminar casi por completo la maltosa agregando isomaltulosa y una maltodextrina resistente, con lo que se obtienen cervezas 0,0 con un índice glucémico más bajo. Para asegurarte de que en la fabricación depuraron los carbohidratos, leé su etiqueta nutricional.
Como todo, es importante consumir con moderación: es mejor tomarse la cerveza que más te guste una vez al mes, que acostumbrarse a tomar dos cervezas 0,0 al día. Recordá también que la cerveza no sólo no hidrata sino que deshidrata.
Para tomar cerveza (y en general cualquier bebida alcohólica) si tenés diabetes, tené en cuenta:
– Que tu diabetes esté controlada, sin picos de glucosa cada dos por tres y con una buena Hb1ac.
– Haber hecho alguna prueba al tomar cerveza, midiendo la glucosa antes y después.
– Controlar las cantidades y no beber más de una cerveza (330ml) al día.
– No consumirla con el estómago vacío o si tu glucemia está baja. Si tomás la cerveza junto con una comida, sus hidratos de carbono se absorberán más lentamente y evitarás picos de glucosa en sangre.
– Bebé despacio, intercalando la bebida con la comida, y tomando también agua para combatir la deshidratación.
– Ante la duda, consultá primero con tu médico.