Tener unos músculos fuertes y tonificados no sólo puede ser un objetivo estético, sino que es importante para la salud y para conseguir un cuerpo resistente y enérgico. Sin embargo, ganar masa muscular no siempre es fácil.

Más allá del gimnasio, hay otros factores que están relacionados con algunos errores que se comenten en el proceso y que impiden conseguir la meta.

No tener un entrenamiento adecuado a tu objetivo

Si tu fin es aumentar la masa muscular, enfocá tu práctica a eso, en detrimento de otros aspectos como perder grasa o ganar resistencia. Es común intentar abarcar todo y al mismo tiempo que trabajamos la hipertrofia para aumentar la musculatura demos demasiado peso al entrenamiento aeróbico.

Una vez claro el objetivo, hay que adaptar el entrenamiento a él. Es decir, en una etapa para ganar masa muscular, se recomienda aumentar el peso de las cargas y comenzar con ejercicios que impliquen músculos grandes y luego pasar a los pequeños. Además, tenemos que evitar estancarnos. Para progresar, es necesario ir aumentando los pesos, repeticiones y series con el paso del tiempo.

No llevar un control de los progresos

Tener un control del entrenamiento y los progresos ayuda a desafiarnos cada día un poco más.

No comer de forma adecuada

Aunque tu entrenamiento sea bueno, si tu dieta no es la adecuada no conseguirás tu objetivo. Una de las claves es que es necesario ingerir más calorías de las que gasta el cuerpo. Y en esas deben estar presentes los tres macronutrientes: proteínas, hidratos de carbono y grasas.

Además, es importante consumir alimentos con un buen aporte de vitaminas y minerales, que ayuden en el proceso de recuperación, regeneración y crecimiento muscular.

Falta de hidratación

Tomá agua antes, durante y después del entrenamiento. Una hidratación adecuada ayuda a reponer los líquidos perdidos durante el ejercicio y en la reparación y regeneración muscular facilitando el transporte de los nutrientes necesarios.

No descansar lo necesario

No solo entre una serie de ejercicios y otra, que es fundamental para poder entrenar con las máximas garantías. También hablamos del descanso nocturno, que deja tiempo al cuerpo a regenerar el daño causado durante el entrenamiento.