La Invitada expone la codicia y usa el terror como justicia
“Lo antiguo contra el avance moderno es uno de los pilares del género o subgénero llamado terror rural, que fue el puntapié para contar esta historia”.
El relato de un lugar paradisíaco por sus bellezas naturales que se ve amenazado por un emprendimiento turístico es el núcleo de “La invitada”, de Facundo Escudero Salinas, una interesante película que elabora un mito rural para establecer un conflicto que se resuelve desde el misterio y el terror.
Luego de “Fragmentada”, la segunda película de Escudero Salinas llega a la cartelera comercial el próximo jueves con una historia que tiene como punto de partida a Ana (Catalina Magliocchi), una joven huérfana que se muda a vivir a un lugar remoto junto a su mejor amiga Martina (Fiorella Indelicato) y sus padres (Moro Anghileri y Diego De Paula).
Pero en ese lugar a orillas de un lago que se formó en tiempos inmemoriales por la caída de un meteorito, la ambición del padre de la familia por adueñarse de los terrenos, pondrá en su contra a un antiguo culto, que convertirá a Ana en el vehículo de venganza y restitución del orden atávico.
“Lo antiguo contra el avance moderno es uno de los pilares del género o subgénero llamado terror rural, que fue el puntapié para contar esta historia”, cuenta el director.
“Me gustaba el choque de lo rural, lo pagano y ‘lo cósmico’ que representa la existencia de ese meteorito en el lago, y toda la mitología que los lugareños construyen alrededor”, señala el realizador marplatense.
Antes de su estreno en las salas locales, “La invitada” participó de la sección Blood Window Showcase, Marché du Film en Francia; el BIFFF Market, Brussels International Fantastic Film Festival en Bélgica; en el apartado Sitges, Coming Soon en España; y en Argentina el mercado de Ventana Sur.
— ¿Cómo nació la idea de contar una historia que reivindica a la naturaleza desde el género del terror?
- El proyecto nació en 2014, una versión muy diferente a la historia a la que finalmente llegamos, y quedó guardada; pero a fines de 2019 la presentamos en el Incaa completamente reescrita, con muchos cambios, pero manteniendo a los personajes y el lugar donde suceden los hechos del relato. Un año después nos comunicaron que esa versión había logrado el interés del Incaa y comenzamos a trabajar en la película en paralelo con "Fragmentada", que también se estrenó este año y se filmó unos seis meses antes que "La invitada".
— ¿Cómo llegaste al planteo de la historia que establece una especie de síntesis entre el valor de lo ancestral y el supuesto “progreso”?
- Esa dicotomía, ese choque de lo antiguo contra el avance moderno, es uno de los pilares del género o subgénero llamado terror rural, que fue el puntapié para contar esta historia. Y es algo que me interesaba tratar porque hoy en día seguimos viendo el avance de la globalización y la perdida de las identidades, como lo que pasa con ciudades muy turísticas que pierden la esencia que las hacia atractivas. Pero también pasa en lugares donde llegan empresas a explotar recursos sin tener en cuenta quiénes habitan el lugar, cómo vive esa gente, como impactará en ellos.