No va más. Wayne Rooney fue despedido como técnico de Birmingham City, cuando le quedaban tres años y medio de contrato, tras la derrota ante Leeds United que dejó al equipo en el vigésimo puesto de la Championship (Segunda División de Inglaterra).

"Desafortunadamente, el tiempo que Wayne estuvo con nosotros no salió según lo planeado y hemos decidido avanzar en una dirección diferente", explicó el director ejecutivo, Garry Cook, sobre el 13,3% de efectividad de la leyenda inglesa.

Rooney, con experiencia en la competición tras hacerse cargo de Derby County, equipo que descendió a League One con 21 puntos de sanción por problemas económicos, llegó de la MLS para mantener la línea ascendente de John Eustace, también despedido, pero sus dos meses y medio dejaron mucho que desear.

Y es que perdió nueve de los 15 partidos que dirigió, mientras que empató cuatro y ganó solo dos. Fueron 10 puntos sobre 39 posibles, con 30 goles en contra, una campaña mala en comparación a los 18 de 33 que consiguió Eustace para posicionar al equipo en puestos de playoff de ascenso.

"Soy un luchador. Estamos pasando por un período difícil, no se puede negar, y tenemos que hacer lo que podamos para salir de él. En mi carrera como jugador no tuve siempre éxito. Luché por evitar el descenso con el Everton. He pasado también por momentos difíciles como jugador. Tengo que creer en mí mismo. Es difícil, tenemos una plantilla muy joven y necesitamos reforzarnos, pero para hay que seguir creyendo", fueron las últimas palabras de Rooney tras caer 3-0 como visitante.

Ahora Birmingham City marcha vigésimo, al doble de distancia del playoff (12 puntos) que del descenso a League One (seis).