Rubén Botta movió primero y Talleres es el que ahora irá a fondo. El talentoso volante de 33 años no se presentó a entrenar durante toda la semana en Colón de Santa Fe, a modo de protesta para poder salir con el pase en su poder.

Fue de lo mejorcito en el descenso de Colón y tiene contrato vigente, una de las dificultades más importantes ya que su salida costaría medio millón de dólares. Eso habría hecho que Boca, uno de los interesados, hubiera dejado de pujar, mientras que Tigre seguiría firme ya que lo quiere el DT Néstro Gorosito.

Fue de lo mejorcito en el descenso de Colón y tiene contrato vigente, una de las dificultades más importantes ya que su salida costaría medio millón de dólares. Eso habría hecho que Boca, uno de los interesados, hubiera dejado de pujar, mientras que Tigre seguiría firme ya que lo quiere el DT Néstro Gorosito.

Comenzó su carrera en Tigre y 2013 fue comprado por el Inter de Italia, donde jugó una temporada. Luego, fue cedido al Livorno y finalmente, llegó Pachuca en un momento en el que las decisiones deportivas pasaban por Andrés Fassi, ya presidente de Talleres desde hacía poco más de un año.

Por eso no fue casual que el volante empezara a sonar desde 2015 en Talleres, justo cuando se armaba para ascender a Primera. Botta, que cumplirá 34 años el 31 de enero, también jugó en San Lorenzo y le agradaría la idea de jugar la Copa Libertadores en el conjunto albiazul.

Talleres se acaba de desprender de Rodrigo Garro (26 años), ya anunciado por Corinthians como nuevo refuerzo. Botta fue uno de los apuntados para suplirlo. Esta semana será decisiva en ese sentido.