Qué Ramón Darío Ábila asista al Monumental de Alta Córdoba para ver un partido de Instituto no debería sorprender a nadie. Es algo que hace, regularmente, desde que es un niño.

Obviamente, ese Ramón adolescente que era hincha pudo cumplir un día su gran sueño: fue jugador de Instituto, el club del que es hincha.

El jueves, en el estreno de Instituto ante Deportivo Riestra por la primera fecha de la Copa de la Liga 2024, nuevamente pudo verse a “Wanchope” en uno de los palcos del Monumental. Aunque la situación es bien diferente.

El delantero de 34 años sigue envuelto en un conflicto que no parece tener solución por el momento. Es que su pase sigue perteneciendo a Colón de Santa Fe, club con el que tiene contrato hasta diciembre de este año.

Pero Ramón decidió abandonar la pretemporada que prepara el Sabalero para jugar la Primera Nacional 2024. Antes, le había avisado muy claramente su deseo a los dirigentes: quiere jugar en Instituto y volver a Córdoba, para estar con su familia.

Lo que siguió después aumentó la tensión, ya que ningún club hasta el momento estuvo dispuesto a poner los 600 mil dólares que pide Colón para liberarlo.

Ni Instituto (lo manifestó el presidente Cavagliatto), ni Barracas Central o los clubes del exterior donde se rumoreó su posible pase, como Colo Colo o Nacional de Uruguay.

Mientras tanto, “Wanchope” sigue en Córdoba a la espera de resolver su futuro. Le pidió tiempo a la directiva de Colón ya que necesitaba “tomarse un descanso”, según expresó el presidente Víctor Godano.

Su imagen en el Monumental en Instituto – Riestra se hizo viral rápidamente. Ramón quería estar presente en el regreso de su amigo Silvio Romero al club.