Borja y la discusión para patear el penal en River: "Quedó en el campo"

El colombiano contó detalles de cómo fue el ida y vuelta con Barco al momento de ejecutar la penal máxima en el partido en Tucumán

Cuando Ezequiel Barco desoyó a Martín Demichelis y ejecutó el penal ante Atlético Tucumán ganándole la pulseada a Miguel Borja, se ganó un gran problema. Probablemente, un problema mayor porque ese remate salió desviado por encima del travesaño.

No se sabe qué hubiese pasado si convertía, pero sí lo que sucedió luego de no hacerlo: se llevó un reto del entrenador y fue reemplazado en el entretiempo. El volante tuvo que salir a pedir perdón en medio del escándalo y la situación fue olvidada luego.

Ahora, a 23 días, Borja volvió a hablar del episodio pero ya con una sonrisa, contó cómo se gestó la selección del pateador. "Son momentos del partidos. Es normal que uno tiene las ganas de aportar al equipo como lo estaba haciendo Barco, que venía metiendo asistencias todos los partidos, jugando bien los 90 minutos, lo único que le faltaba era el gol porque el año pasado nos ayudó mucho”, comenzó su relato.

"Yo de pronto tenía muchas ganas de cobrar el penal, él tomó la pelota y en ningún momento lo miré cuando fui a buscar la otra pelota", agregó.

En diálogo con ESPN Colombia, luego se refirió a un tema poco comentado en aquel momento, que fue la reacción de Colidio, quien tiró la pelota cuando Borja fue a pedírsela para patear. Lo que favoreció a que Barco se ubicara en el punto de penal. "Me pareció extraño que Colidio tirara la pelota, pero yo quería llegar primero a la pelota para llegar antes que Barco al penal. Yo decía ‘si llego primero, no me quita de ahí’, pero llegó primero él. Al día siguiente me le acerqué (a Colidio) y me dijo que no me vio, que solo vio a Barco y ahí tiró la pelota. Me dijo que lo estaban atacando todos y él no tenía nada que ver, que se nubló en ese momento porque también quería patear pero cuando lo vio a Barco tiró la pelota”, exclamó.

Finalmente, despejó rumores sobre conflicto con sus compañeros tras ese episodio. "Son cosas que pasan en el partido. Yo le creo a él porque nunca he tenido roce con mis compañeros. Al contrario, ellos saben el cariño y aprecio que les tengo y la alegría que les transmito al entrenar. Es normal, eso pasa en el campo pero quedó ahí", cerró.