El 50% de lo asignado a la UNL para gastos fue para pagar la luz
El rector Enrique Mammarella remarcó que las partidas son las mismas que en 2023. En febrero, la mitad se destinó a la energía eléctrica. El incremento en las tarifas y la inflación complican el funcionamiento de las universidades.
El Gobierno nacional destinó para las universidades el mismo presupuesto de 2023, que no solo incluye los salarios, que con este congelamiento tienen una caída del 70% del poder adquisitivo, sino además contempla los servicios para el funcionamiento de los edificios (luz, agua, limpieza y mantenimiento) y conceptos educativos como becas.
Contar con los mismos montos asignados que hace un año en un contexto de inflacionario complica la situación presupuestaria de las universidades.
"Nosotros estamos pidiendo actualización de partidas no un aumento. Estamos pidiendo que los gastos de funcionamiento estén acordes a un 200% aproximado de inflación porque de esta manera el valor asignado ha caído alrededor del 30%", explicó el rector de la UNL Enrique Mammarella.
En esa línea, indicó que la incidencia de las tarifas de servicios y del los costos de los insumos "son mucho más grandes de lo que eran el año pasado, y eso pone en riesgo muchas de las actividades que la Universidad necesita realizar".
Sobre la manera de afrontar los gastos, el rector comentó que en el caso de febrero el 50% del presupuesto que recibe la UNL fue para pagar la tarifa eléctrica. "Tenemos más de 63 edificios muchos de los cuales tienen más de un medidor, y al valor de la energía eléctrica de hoy está al 50% del presupuesto para gastos de funcionamiento"
Sobre la manera de cubrir el resto y de las alternativas que se evalúan, Mammarella destacó que cuentan con proyectos propios, competitivos a nivel internacional, que aportan de manera complementaria al presupuesto. Sin embargo, aseguró que "llega un momento en que la situación se torna muy complicada".
Consultado sobre la posibilidad de vender patrimonio para funcionar y pagar deudas de servicios, el rector sostuvo que la UNL tiene dos opciones: o no funcionar o conseguir los recursos.
"Nuestro país no se puede dar el lujo de que las universidades no funcionen, es nuestra responsabilidad y para eso hay que buscar la forma. Cuando uno dice de recurrir a algunos activos como se hizo en la década del '90, hay que tener en cuenta que nuestros activos hoy son muy diferentes, y esa será una decisión que tomará el Consejo Superior llegado el momento".
"Hablar de patrimonio no significa vender solamente un edificio. El valor de la universidad, que muchas veces no se entiende, es el conocimiento", resumió.
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