Un hombre de 40 años, identificado como Ramazan Yilmaz, acudió a una clínica dental privada en Bursa, Turquía, por un intenso dolor de muelas que lo atormentó durante semanas. Allí, lo revisaron y le dijeron que tenían que extraerle dos dientes que tenía flojos.

Por esta razón, el odontólogo le recomendó que, luego de la intervención, se pusiera implantes para reemplazarlos. Sin embargo, durante la cirugía, el intento por forzar la colocación de una de las piezas provocó algo impensado: el tornillo le perforó la mandíbula y llegó hasta su cráneo.

“Cuando empezó a realizar el procedimiento manualmente e intentaba colocar el tornillo, noté que estaba haciendo una fuerza excesiva. Le señalé esto y le mencioné que escuché un sonido de crujido de hueso, pero según él, era normal”, relató la víctima.

A su vez, detalló que cuando la pieza atravesó su mandíbula, le hizo una radiografía y fue recién ahí cuando se dio cuenta de la gravedad de la situación. “Llegó al área detrás del ojo, donde se encuentra el cerebro. Cuando grité de dolor, me llevó de urgencia al hospital más cercano”, agregó Yilmaz.

Una vez en el centro de salud, los médicos que lo atendieron le dijeron que tenían que realizar una operación para extirpar la pieza lo más rápido posible. “Ahí me advirtieron que podía perder la vida. Hablé con mis hijos, les pedí perdón y me despedí de ellos”, contó.

Luego de la intervención quirúrgica, la víctima denunció legalmente al odontólogo que lo había atendido por negligencia. Además, detalló que, antes de la consulta, lo escuchó diciéndole a su secretaria que el dispositivo que usaba para hacer el implante “estaba defectuoso”.

“Pude morir pero, afortunadamente, salí sano y salvo”, se reconfortó Yilmaz, quien hoy continúa su recuperación.