Los Sixers y la errada filosofía de sufrir para después gozar
Una nueva caída se suma al extenso camino sin éxito que emprendió Philadelphia hace más de una década. "Confiar en el proceso", una consigna cada vez más compleja.
Desde que Sam Hinkie asumió el cargo en 2013, los Philadelphia 76ers emprendieron una reconstrucción radical con una filosofía basada en acumular talento a través de draft picks altos y sacrificando temporadas competitivas en aras de un futuro prometedor. La frase "Trust the Process" (Confía en el Proceso) se convirtió en el lema de esta estrategia, que fue objeto de debate y controversia en la NBA.
En 2013, Hinkie reemplazó a Tony DiLeo como gerente general y comenzó a implementar su visión. El equipo terminó la temporada con un récord de 19-63, marcando el inicio de una serie de temporadas perdedoras. El mantra del "Proceso" se hizo cada vez más presente en la cultura de la franquicia y de los aficionados.
En los años siguientes, los Sixers continuaron acumulando talento a través del draft, seleccionando a jugadores como Joel Embiid, Ben Simmons y Markelle Fultz. Sin embargo, las lesiones y los problemas de desarrollo obstaculizaron el progreso del equipo en la cancha. En 2016, después de una temporada de solo 10 victorias, Hinkie renunció y fue reemplazado por Bryan Colangelo. Bajo su dirección, los Sixers comenzaron a mostrar signos de mejora, pero aún no lograban resultados significativos en términos de victorias.
En la 2017/18, con la llegada de Joel Embiid a su plenitud y el debut de Ben Simmons, los Sixers mostraron destellos de su potencial futuro. Terminaron la temporada con un récord de 52-30 y regresaron a los playoffs después de seis años de ausencia. Todo un éxito para aquel contexto que terminaría en la segunda ronda de los playoffs a manos de Boston en 5 juegos.
En la siguiente campaña, los Sixers continuaron fortaleciendo su roster, adquiriendo jugadores como Jimmy Butler y Tobias Harris. En la temporada 2018/19, alcanzaron las semifinales de la Conferencia Este, pero fueron eliminados por los Toronto Raptors un juego 7 que aún duele en Philadelphia. Aquel tiro ganador de Kawhi Leonard fue la lapida de uno de los equipos más esperanzadores.
En la 2019/20, durante la pandemia de COVID-19, la NBA suspendió la temporada regular, lo que interrumpió el impulso de los Sixers. A pesar de un buen desempeño en la burbuja de Orlando, fueron barridos en la primera ronda de los playoffs por los Boston Celtics. Butler había emigrado a Miami, donde alcanzaría las Finales y Philadelphia se quedaron Harris y Simmons, quién se ausentó en esa serie por lesión.
Para la 2020/21, los Sixers terminarían primeros en el Este. En este año, el armado del equipo pasa de ser responsabilidad de Elton Brand a la de Daryl Morey. Sorterían sin problemas a los Wizards y avanzaban por el camino más aparentemente sencillo de la llave sin los Nets de KD, los Bucks que terminarían campeonando o los Celtics otra gran oportunidad desperdiciada. Una serie con errores y malas decisiones, incluido el infame momento en el que Ben Simmons evitó un tiro abierto en el Juego 7 contra los Atlanta Hawks, resultó en otra decepcionante eliminación.
En 2022, los Sixers realizaron un cambio importante al adquirir a James Harden en un intercambio con Brooklyn Nets a cambio de Ben Simmons. Harden se unió a Joel Embiid para formar una poderosa combinación, pero una vez más, los problemas de química y rendimiento en momentos clave los dejaron cortos en los playoffs. Vuelta a casa luego de un 4-1 con Miami.
En la temporada 2023, liderados por Harden y Embiid, los Sixers parecían tener una oportunidad real de llegar lejos en los playoffs. Sin embargo, una vez más, enfrentaron una derrota desgarradora ante los Boston Celtics en el séptimo juego de la serie de semifinales de conferencia.
Ahora, Philadelphia 76ers fue eliminado por los New York Knicks en una serie que terminó 4-2 a favor de los Knicks. A pesar de la eliminación, la derrota no fue vergonzosa, ya que los Sixers mostraron un rendimiento competitivo. El equipo estuvo cerca de forzar un séptimo partido, perdiendo por un margen muy estrecho en el sexto encuentro. Joel Embiid fue una fuerza dominante para los Sixers, promediando casi 30 puntos por partido durante la serie, a pesar de estar recuperándose de una lesión en el menisco y de jugar con parálisis de Bell. Tyrese Maxey también destacó, mostrando su capacidad como jugador joven y prometedor en los momentos cruciales de los playoffs.
A pesar de la eliminación, hay razones para el optimismo en Philadelphia. La combinación de Embiid y Maxey se ha establecido como una pareja destacada en la NBA, y con la salud adecuada y algunas adiciones clave, los Sixers podrían ser contendientes serios en el futuro cercano.
La temporada baja será crucial para los Sixers, ya que tendrán alrededor de $60 millones en espacio salarial y la capacidad de negociar con cinco selecciones de primera ronda. Esto les brinda la oportunidad de rodear a Embiid y Maxey con los jugadores adecuados para competir en la Conferencia Este.
Con la dirección de Daryl Morey, presidente de operaciones de baloncesto, los aficionados de los Sixers esperan que el equipo pueda dar el salto hacia un éxito sostenido en los próximos años. La cuestión ahora se basa de volver a convencer a Embiid de este futuro prometedor y volver a ilusionar a los fanáticos de Philadelphia de que todo lo sufrido valió la pena.