Sportivo Trinidense, que ofició de local en el estadio General Pablo Rojas (denominado actualmente como ueno La Nueva Olla) de Cerro Porteño, no pudo ante un Boca que sacó chapa de candidato y se quedó con un verdadero triunfazo en condición de visitante por 2-1.

El dueño de casa comenzó por encima en el marcador a los 44 minutos de la primera etapa gracias a la definición de Brian Andrada. El mendocino de 26 años quedó mano a mano ante un Chiquito Romero que se esforzó, pero no logró desviar completamente el remate del número 30.

Ni bien la pelota tocó la red, el exjugador de Gimnasia y Esgrima de Mendoza comenzó a correr hacia una de las esquinas de la cancha y, en medio de su euforia, se sacó la camiseta. Luego de la emoción, que lo llevó a tener los ojos llenos de lágrimas, y el abrazo con sus compañeros, el futbolista tomó una inesperada decisión.

Mientras el VAR terminaba de chequear su posición, y a la misma vez que el árbitro del encuentro se preparaba para mostrarle la tarjeta amarilla, Andrada dirigió su mirada hacia la tribuna donde se ubicaron los hinchas de Boca y, juntando las palmas de ambas manos sobre su cabeza, pidió perdón.

El oriundo de la provincia de Mendoza vistió las camisetas de Gimnasia y Esgrima de La Plata, Ferro y San Martín de Tucumán, además de la del Lobo mendocino. Entonces, surgió la duda sobre el motivo de su pedido de disculpas a la parcialidad del elenco visitante. Con el correr de las horas se conoció que tanto el futbolista como su padre son fanáticos del Xeneize.