Comenzó a fallar el chip cerebral en humanos de Neuralink
El dispositivo neural empezó a despegarse de la cabeza del joven tetrapléjico que había sido intervenido.
A poco más de tres meses de la intervención en la que Neuralink instaló con éxito un implante cerebral en su primer paciente humano.
Según la firma de Elon Musk, algunos de los hilos electrodos del dispositivo empezaron a despegarse y desconectarse del tejido cerebral de Noland Arbaugh, el joven tetrapléjico que recibió el implante cerebro-ordenador el 29 de enero.
Este desperfecto provocó que transmitiera menos datos y encendió las alarmas de los científicos y médicos que siguen el caso: ¿corre riesgo la vida de Noland?
Arbaugh -texanos de 29 años y paralizado de los hombros para abajo debido a un accidente de buceo hace ocho años- participó en el ensayo de Neuralink para probar la seguridad del dispositivo. A fines de enero, Neuralink informó que la intervención había sido un éxito.
El chip está diseñado para ayudar a los pacientes con parálisis a controlar tecnología externa utilizando solo su mente. Contiene 1024 electrodos repartidos en 64 hilos -más finos que un pelo humano- que están programados para recoger datos sobre la actividad neuronal del cerebro y la intención de movimiento y enviarlos a una computadora para que los descodifique y transforme esos pensamientos en acción.
Sin embargo, durante los últimos días varios hilos se retrajeron del cerebro de Arbaugh, lo que dio lugar a una disminución neta del número de electrodos efectivos. Por esa falla, Neuralink no pudo medir la eficacia real de su sistema.
De todas maneras, este inconveniente no afectará la salud de Noland, según la empresa. “En respuesta a esta situación, modificamos el algoritmo de registro para que fuera más sensible a las señales neuronales”, explicó Neuralink en su web oficial. “Además, mejoramos las técnicas para traducir estas señales en movimientos del cursor y mejoramos la interfaz de usuario”, agregaron. Y explicaron que lo ocurrido sirvió para aumentar la precisión de la capacidad de Arbaugh para controlar los bits por segundo (BPS) del cursor de la computadora que usa.
A pesar del contratiempo, Arbaugh utiliza el implante de Neuralink unas ocho horas al día entre semana y hasta diez horas los fines de semana.