¿Correr es malo para las articulaciones?
El running es una actividad de impacto. Cómo mantener fuertes las caderas, las rodillas y los tobillos para actividad.
Aunque el running es muy popular y cada vez tiene más adeptos, hay varios mitos en torno a esta actividad física. Uno de los más persistentes es que hace mal a la salud de las articulaciones, más específicamente para el cartílago articular.
Si hay un factor relacionado con la carrera que podría provocar daños en las articulaciones, probablemente sea una carga de entrenamiento que no sea adecuada para las capacidades de recuperación.
Jean-François Esculier, de La Clinique Du Coureur, de Francia, y sus colaboradores llevaron a cabo el año pasado una revisión sistemática de la literatura científica sobre el efecto de la carrera en las articulaciones.
Estos estudios compararon el cartílago de la rodilla (39 estudios), el tobillo (3 estudios) y el pie (1 estudio), antes y después de correr en un total de 760 corredores. Parece que inmediatamente después de una carrera, el grosor del cartílago disminuye, su concentración de agua disminuye y, a la inversa, su concentración de glucosaminoglicano (uno de sus componentes) aumenta. Estos cambios son secundarios a un flujo de agua que sale del cartílago. Pero esta modificación no perdura en el tiempo. La mayoría de los estudios muestra una vuelta a la normalidad después de 24 horas. El flujo de agua se invierte.
En concreto, esto muestra una rápida adaptabilidad del cartílago a la carga inducida por la carrera.
“Los corredores sanos no deben preocuparse por dañar sus cartílagos (rodilla, tobillo, pie). El cuerpo se adapta en la medida en que el estrés aplicado no supere su capacidad de adaptación”, opina el experto.
Por otro lado, existe una afección llamada “rodilla del corredor” por una razón. El dolor patelofemoral (dolor de rodilla) es la lesión más reportada en este deporte.
Las lesiones de cadera, tobillo y pie también ocurren no porque alguien esté corriendo, sino porque corre en mala forma o con desequilibrios musculares.
Cómo evitar el dolor de rodilla al correr
Para limitar el riesgo de dolor de rodilla durante o después de correr, existen varias formas:
- Calentar antes de correr;
- Practicar de forma razonada y respetar un tiempo de descanso entre cada carrera;
- Evitar correr sobre superficies duras;
- Optar por calzado adecuado y equipamiento de calidad;
- Hidratarse adecuada y regularmente para el bienestar de las articulaciones;
- Utilizar una rodillera para correr (el modelo depende de la causa del dolor: consultar previamente al médico de cabecera o a un médico deportivo).
La rodilla es una articulación compleja. Es difícil hacer un diagnóstico basándose en los primeros síntomas. Por tanto, es imprescindible consultar en caso de dolor de rodilla al correr. Además de establecer las causas de la patología, el profesional sanitario orientará hacia el tratamiento adecuado.