La curiosa técnica neerlandesa para aumentar la felicidad
Un especialista propone una práctica sencilla que implica tres hábitos fáciles de incorporar a la rutina para aumentar la calidad de vida.
La felicidad conlleva diferentes beneficios para la salud y un estudio publicado en la revista Science de la Universidad de Warwick, en Gran Bretaña, avala que las personas que tienen una percepción positiva de su realidad y se consideran felices, viven hasta una década más que aquellas que no tienen este sentimiento.
Por otro lado, las personas felices sienten menos ira y estrés y tienen menos riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares como arritmias o ataques al corazón. Según los resultados de un estudio realizado en 2005 por expertos de la Universidad de Londres, las personas felices suelen tener una presión arterial y una frecuencia cardiaca más bajas, por tanto, su corazón está más sano.
Esta misma investigación sugirió que las personas que vivían en un estado de felicidad y armonía, tenían hasta un 35% menos de probabilidades de morir en los cinco años posteriores al momento en el que se recogieron sus datos, en comparación con los participantes menos alegres.
En el mundo, cada vez son más las personas que ponen en práctica los consejos de Cecil Konijnendijk, un investigador, educador y escritor neerlandés, codirector del Instituto de Soluciones Basadas en la Naturaleza y profesor en la Facultad de Silvicultura de la Universidad de Columbia Británica. El objetivo de las prácticas que defiende este experto de la naturaleza es aumentar el nivel de felicidad, implicarnos más íntegramente en el momento presente y conectar con nuestra esencia.
El entrenamiento de la felicidad
La técnica neerlandesa que toma como base la madre naturaleza y tiene como objetivo principal aumentar la felicidad de quienes la practican recibe el nombre de Regla 3-30-300 y, en ella, se evita el sedentarismo completamente ya que, para entrenar la felicidad debemos movilizarnos.
Según esta práctica, el contacto con la naturaleza es esencial para alcanzar los objetivos y, para que se den las condiciones idóneas a la hora de llevar a cabo este entrenamiento de la felicidad, deben cumplirse estas tres circunstancias:
- Desde la ventana de nuestro hogar, deberemos divisar al menos tres árboles.
- El barrio debería tener mínimo un 30% de cobertura arbórea.
- Deberíamos vivir como máximo a 300 metros de distancia de un parque o bosque.
Cómo emplear esta técnica sin las condiciones idóneas
Para muchas personas, es complicado que las tres condiciones citadas con anterioridad puedan cumplirse, pero, la técnica holandesa de entrenamiento de la felicidad puede sufrir algunas modificaciones y ser accesible para todo el mundo. Es bastante probable que desde la ventana no alcancemos a ver tres árboles si vivimos en la ciudad y la alternativa es incluir tres plantas en el hogar y cuidar de ellas con mucho amor.
De esta forma, no solo mejorará la calidad del aire del lugar en el que vivimos, sino que, a largo plazo, conseguiremos sentirnos más felices y satisfechos, solo hay que asegurarse de escoger la planta adecuada teniendo en cuenta el ambiente y las condiciones climáticas.
Otro de los cambios que pueden aplicarse a la filosofía de Konijnendijk es procurar pasar el mayor tiempo posible al aire libre. Si nuestro barrio carece de la estructura arbórea recomendada, lo ideal sería ir caminando hasta el entorno natural más cercano y, una vez allí, disfrutar de forma consciente, prestando atención a los sonidos, los olores y todo aquello que lo rodea. Además, algunas actividades que realizamos en nuestro día a día en interiores pueden ser trasladadas al aire libre, como hacer ejercicio, leer un libro o tomar un café, entre otras.
Diversos estudios demostraron que emplear tiempo al aire libre mejora significativamente la salud. Por otro lado, una investigación publicada en la revista Global Environmental Change asegura que pasar tiempo en entornos naturales aumenta la felicidad. Por último, debemos esforzarnos por conocer y descubrir los parques y bosques de nuestra ciudad. Dedicar tiempo a pasear en este tipo de entornos durante las diferentes épocas del año es experimentar una mayor satisfacción vital.