Múltiple ganador de todo tipo de galardones y flamante campeón del mundo, el 10 hoy atraviesa una nueva fase y se anima a repasar aquellas etapas de su profesión que marcaron un hito, y también aquellas que le significaron una etapa más triste y menos memorable en su trayectoria.
Uno de los temas que abordó el capitán de la Selección fue el de sus comienzos en el fútbol en el que, aquel chiquillo de inferiores, comenzó a mostrar destellos del talento que daría paso al superlativo profesional. "Por lo que dicen, desde muy chico siempre era diferente. La gente me iba a ver. Yo no me daba cuenta. Fui entendiendo eso cuando fui creciendo", contó La Pulga en Clank.
Sus primeros pasos en Newell's marcaron el sendero de su carrera. "Tenía 3 ó 4 años y no era consciente del Mundial y todos los títulos que se jugaba. Simplemente jugaba porque me encantaba la pelota, me divertía estar con una pelota. Era mi pasatiempo. Vivía a toda hora pateando y buscando a alguno para jugar. Nací con eso. Me encantó el fútbol, como a la mayoría de los argentinos, desde muy chiquito. Siempre fue mi manera de verlo, más allá de mis responsabilidades, de los objetivos que uno se proponía cuando ya era más profesional. Siempre intenté divertirme, como lo hice desde el primer día".
Sin embargo, el talento fue trazando su diferencia con el resto de sus compañeros hasta que llegó la oportunidad de su vida, donde lo pequeño se hizo grande, y el 10 emigró a España para perseguir su sueño de dedicarse al fútbol. "Tengo muy claro que nací así porque Dios me eligió a mí, fue un don el que me dio. Yo intenté aprovecharlo, hice todo lo posible para sacarle todo el jugo. La verdad, si bien hice muchas cosas, no hice nada para ser el jugador que ya de chiquito era", confesó.
Messi en el recambio en la Selección y el inicio de la era Scaloni
Las finales perdidas en 2015 y 2016 por Copa América, y la final del Mundial 2014 fueron espinas en la carrera de Lionel Messi que dolieron por mucho tiempo. Por aquellos años, el combinado nacional no lograba pasar página de frustraciones pasadas y eso se reflejó en la temprana salida del Mundial de Rusia 2018, donde el fracaso de la etapa Sampaoli significó un verdadero quiebre y cambio de era.
En ese entonces, Messi había regresado a la Selección tras el famoso "No se me da", y la etapa de aires nuevos iniciaba con toda una camada de jugadores jóvenes, con ganas de sacar a flote la renombrada Selección argentina. Rodrigo De Paul, Leandro Paredes, Lautaro Martínez, Giovani Lo Celso, Cristian Romero, Emiliano Martínez, y otros más, empujaban el recambio en el conjunto albiceleste.
Particularmente esta etapa fue en la que el Messi sintió la incomodidad de ser casi el único que pervivía de la vieja escuela (además de Otamendi, Di María y el Kun Agüero). "A mí me costó mucho volver a la Selección después de lo que había pasado. Eran todos chicos nuevos y no conocía a ninguno personalmente. A mí me cuesta mucho entrar a los grupos por mi manera de ser y por más que estaba hace mucho tiempo en la Selección. Ellos venían de jugar un par de amistosos seguidos, le habían ganado a México y habían jugado en Argentina... Ya se conocían, llevaban tiempo juntos y era su inicio en esta nueva etapa", contó el 10.
Entonces surgió la figura de Rodrigo De Paul como el enlace entre los jugadores nuevos y el capitán. "Rodrigo (De Paul) me ayudó mucho por la manera de ser. Yo me acuerdo que cuando lo conocí me recordó mucho al Pocho. Era parecido en ese sentido, era un chico muy alegre, muy bueno para el grupo, hacía que todos sacáramos lo mejor de nosotros", reveló.
El volante con el que hoy Messi ha forjado una amistad, tuvo la iniciativa de acercarse al mejor de los nuestros. "Se me acercó, estuvimos hablando, él ya había estado con Ota (Otamendi) en Valencia. Hizo que yo entrara al grupo más rápido de lo que hubiese imaginado, me ayudó mucho. Y fue una ayuda para los dos lados. Que él me hablara de esa manera y me integrara al grupo, y mi postura de sacarme la vergüenza y tratar yo de dar el paso. Enseguida fue muy sencillo porque cuando hay buena gente todo se hace más fácil", concretó Lionel Messi.