Cómo quitar el frío del cuerpo en invierno
En ocasiones, cuando las temperaturas invernales son muy bajas, el frío parece instalarse en tu interior y, por más que te abrigues, resulta difícil entrar en calor.
En ocasiones, cuando las temperaturas invernales son muy bajas, el frío parece instalarse en tu interior y, por más que te abrigues, resulta difícil entrar en calor. Para lograrlo, estos consejos pueden servirte.
Bebidas calientes
Son probablemente lo más eficaz para combatir ese frío interior que no se va por más capas de ropa que lleves. Cualquiera que no lleve alcohol, como caldos de verduras o de carne, leche, café o un chocolate caliente, servirán para hidratar al organismo y para que la temperatura corporal suba. De todas las bebidas posibles, las infusiones de tomillo, manzanilla, jengibre, canela o salvia son ideales porque a los beneficios descritos hay que añadir los que aportan las plantas, muchas de ellas medicinales, con las que están elaboradas.
Alimentos energéticos
Además de los platos de cuchara, recurrí a alimentos que aporten una buena cantidad de energía para poder combatir el frío. Por ejemplo, un puñado de frutos secos, una barrita energética de cereales, una cucharadita de miel (podés añadirla a tu infusión) o unos gramos de chocolate.
Baño o ducha con agua templada
Son muchos los beneficios que puede reportar un relajante baño, sobre todo al llegar a casa tras un día intenso en el que pasaste bastante frío. Pero aunque tengas la tentación de poner el agua muy caliente, no lo hagas. Es mejor agua templada, que aporte al organismo el suficiente calor, pero sin llegar a producir una vasodilatación que, al salir de la ducha, provocaría una mayor sensación de frío.
Evitá la humedad
A veces, el frío en el cuerpo no depende tanto de la temperatura del entorno sino de otros factores climatológicos que lo incrementan y que se pueden combatir para intentar que esa sensación disminuya.
Uno de ellos es la humedad. Para evitar ese frío interior, quitate lo antes posible cualquier prenda de ropa mojada o húmeda y secá muy bien tu pelo al salir de la ducha. Poner deshumidificadores en las habitaciones para atrapar la humedad ambiental es también una buena medida.
Comida picante
El picante, como el ají o la pimienta, provoca en el organismo una sensación de calor que incluso hace llegar un color sonrosado a las mejillas. El responsable de ese aumento de la temperatura corporal es la capsaicina, un compuesto químico natural presente en estos alimentos y que, en cantidades moderadas, puede ayudar a quitar el frío.
Protegé manos, pies y cabeza
Son prendas esenciales porque estas tres partes del cuerpo son las vías de escape por las que pierde más fácilmente su propio calor. Son zonas donde, prácticamente, no hay grasa corporal que las proteja y, en el caso de manos y pies son extremidades, es decir, las áreas más alejadas del corazón.
Si las tenés frías, el corazón bombeará más sangre para intentar que mantengan su temperatura, provocando un descenso, imperceptible pero generalizado, en el conjunto del organismo.
En movimiento
Al hacer ejercicio, el cuerpo tira de su propia energía, quemando calorías y haciendo que su temperatura interna suba. A veces, la sensación de frío hace que tendamos a movernos menos, pero hacer un pequeño esfuerzo y practicar algo de actividad física, aunque sea unos minutos, aportará los beneficios del ejercicio y ayudará a que el frío desaparezca.
Ropa interior apropiada
Lo ideal es optar por ropa térmica, sobre todo camisetas y medias o leggins que puedas llevar bajo el pantalón. Deben ser prendas que retenga el calor pero que permitan la correcta transpiración, porque de lo contrario, el propio sudor retenido haría que sientas frío pese a ir muy abrigado.
Aprovechá el sol
Si tenés la oportunidad, ponete bajo sus rayos ya sea tras un ventanal o en el exterior unos 10 o 15 minutos al día, así obtendrás la vitamina D que tu cuerpo necesita y podrás acumular calor.
Descansá y dormí lo suficiente
Es importante para sentirte bien, tener más fuerza para hacer frente a las bajas temperaturas y porque durante el sueño, el cuerpo se encarga de autorregular la temperatura del conjunto del organismo haciendo que ese frío interior vaya cediendo en parte.