Siempre se dice que Unión tiene una cantera inagotable de buenos arqueros. Incluso muchos son citados a las Selecciones juveniles, pero luego cuando llega el momento de que salten a Primera quedan en el camino. Una historia que llama la atención a propios y extraños.

Más allá de los gustos, para los técnicos siempre fueron alternativas y, cuando tenían todo para ganarse un lugar, llegaba alguien de fuera y debían esperar nuevamente. Esto hizo que, para no decir todos, la mayoría se fuera en busca de oportunidades.

En varios casos, tras tantos préstamos, decidieron rescindier para quedarse con el pase en su poder. Como los casos de Joaquín Papaleo y Marcos Peano, que en su momento eran llamados a ser los dueños del arco rojiblanco, pero que tuvieron su despegue en otro lado.

En el caso del primero, tiene todo muy avanzado para sumarse a Instituto tras un paso por Deportivo Cali; mientras que el otro acordó su incorporación a Royal La Louviere de la segunda división de Bélgica, luego de jugar en la Gloria.

Otro ejemplo, pero un poco más lejano en el tiempo, es Ignacio Arce, que mostró su capacidad en otro lado, no en Unión. Hoy está en Deportivo Riestra. También en su momento Luis Ojeda. El único que se afirmó fue Nereo Fernández. Un detalle para resaltar cuando en Unión todavía generan dudas Thiago Cardozo y Nicolás Campisi.