En las calles de la ciudad de Santa Fe se contabilizan 300 corralitos entre los colocados por la municipalidad debido a las obras de bacheo, y a los correspondientes a Aguas Santafesinas.

La semana pasada, dos coches cayeron en esos pozos pese a la delimitación. Es que muchas veces están sin iluminación, y otras son desplazados con el paso del tiempo, o por las condiciones climáticas.

A esos corralitos se le suma ahora la señalización que hizo un vecino del macrocentro en calle 4 de Enero antes de llegar a su intersección con Crespo.

La misma consiste en un barril pintado de anaranjado con un cartel de señalización que advierte que se estrecha la calzada.

Se estima que el objetivo de quien lo colocó es alertar para que los automóviles tengan inconvenientes o prevenir un accidente. Sin embargo, no cuenta con iluminación, la de la vía pública no ayuda, y puede convertirse en un peligro mayor que el que se quiere evitar.