Cinco trucos psicológicos para "ganar" una discusión
Es crucial saber negociar y argumentar.
¿Alguna vez te quedaste sin palabras en medio de una conversación acalorada? ¿Te ha pasado que encuentras formas ingeniosas de responder, pero ya es demasiado tarde? Seguro que sí. Existen algunos trucos psicológicos básicos para ganar una discusión, como mantener la compostura emocional y respaldar tus argumentos con datos en lugar de opiniones.
Sucede que saber debatir de manera efectiva es un arte, y como todo arte, es posible aprender y mejorar. Conozcamos algunas técnicas útiles para aplicar en relaciones cercanas y otras ideales para contextos profesionales, cuyo propósito es que te favorezcan las interacciones y consigas muchos de tus objetivos.
¿Qué significa ganar una discusión?
Las discusiones son una parte inevitable en nuestra vida diaria, ya sea al negociar un aumento de sueldo en el trabajo, defender una idea en la universidad o resolver diferencias en casa con nuestras familias. Así, es crucial dominar estrategias para manejarlas. Pero antes de sumergirnos en ello, aclaremos qué implica «triunfar» en una disputa.
En palabras simples, ganar una discusión significa saber defender tus argumentos de manera que convenzan a la otra persona, incluso cuando no estás, del todo, en lo correcto. Esto requiere persuadir con argumentos sólidos, escuchar de forma activa y también ser flexible para llegar a un acuerdo que satisfaga a ambas partes.
¿Cómo triunfar en una discusión de manera inteligente?
Nicholas Capaldi es un experto en lógica informal. En su libro Cómo ganar una discusión: El arte de la argumentación, presenta técnicas para mejorar las habilidades de debate y la comunicación persuasiva en diferentes escenarios. Veamos algunas de ellas.
1. Conservar la calma emocional
Un dicho popular asegura que «el que se enoja pierde». Según esta visión, uno de los trucos psicológicos más importantes para ganar una discusión es mantener la calma. ¿Difícil? Puede ser. ¿Necesario? También. Hacerlo te permite pensar con claridad y evitar que las emociones nublen tu juicio.
Imagina que debates con tu pareja sobre cómo administrar las finanzas del hogar. Si te dejas llevar por el enojo y comienzas a gritar, es probable que ella no esté dispuesta a escuchar tus ideas ni a ceder con las suyas. En cambio, si mantienes la compostura, pueden colaborar para encontrar soluciones conjuntas.
2. Apoyarse en datos y hechos, no en opiniones
Respalda tus ideas con datos verificables. No es lo mismo decir «creo que deberíamos cambiar de proveedor porque este no me gusta», a decir «he revisado las últimas facturas y comparado los precios con tres proveedores diferentes. Podríamos ahorrar un 20 % mensual cambiando a uno de ellos».
En el último caso, brindarías una base sólida y objetiva para que la otra persona considere tu cambio. Es una de las habilidades para el debate que puede ayudarte en cualquier ámbito de tu vida. Si bien es válido mencionar tus opiniones personales, no deberían ser el único fundamento de tu argumento.
3. Conocer al oponente y mostrar empatía
Al igual que en el marketing, donde es crucial conocer a tu potencial cliente para diseñar una estrategia de venta efectiva, en una discusión también es esencial saber a quién tienes enfrente.
Esto implica ponerse en sus zapatos para entender qué siente, piensa o necesita. Gandhi, distinguido por su habilidad para la negociación pacífica, destacó la relevancia de comprender las perspectivas y preocupaciones de los demás para lograr un consenso.
4. Anticipar los contraargumentos
Es esencial evitar que las réplicas de la otra persona te tomen por sorpresa. Es preferible estar preparado para ellas. Sobre este punto, Nicholas Capaldi subraya la importancia de anticipar posibles objeciones que el oponente pueda plantear, y así manejar la situación con éxito.
Por ejemplo, imagina que María necesita pedirle a su hijo mayor que acompañe a su hermano a la práctica de baloncesto. Ella sabe que es probable que no quiera hacerlo y mencione que tiene tarea pendiente. En ese caso, podría prever este argumento y ofrecerle una solución, como ayudarlo con la tarea por la tarde.
5. Admitir las equivocaciones
Es importante que seas firme con tus convicciones cuando debates. Pero, también es clave que seas capaz de reconocer cuando has cometido un error. Este es uno de los trucos psicológicos más poderosos para ganar cualquier discusión.
Aunque parezca contradictorio, admitir cuando te equivocas fortalece la credibilidad para la otra persona. En definitiva, tu objetivo es persuadirla y convencerla con tu punto de vista. Además, al hacerte cargo de tus errores, demuestras humildad y apertura.