Continúan las críticas al restaurante de la Villa Olímpica
El restaurante de los atletas abrió sus puertas el 18 de julio con 3.300 asientos disponibles y 40.000 servicios al día a los más de 10.000 residentes de la Villa de deportistas instalada en Saint Denis, al norte de París. Las demoras, la atención, la falta de algunos alimentos y la generosidad en las porciones están en la mira.
Largas filas de espera, falta de carne o de huevos, porciones pequeñas: varios deportistas han criticado la comida servida en el "restaurante más grande del mundo", en la Villa Olímpica.
Gestionado por Sodexo Live!, una filial del gigante de la restauración colectiva Sodexo, el restaurante de los atletas abrió sus puertas el 18 de julio con 3.300 asientos disponibles y 40.000 servicios al día a los más de 10.000 residentes de la Villa de deportistas instalada en Saint Denis, al norte de París.
Más de 550 recetas se han creado para la ocasión, con una selección de menús gastronómicos servidos en un edificio anexo e imaginados por grandes chefs como Amandine Chaignot, Alexandre Mazzia y Akrame Benallal.
Las recetas han sido elaboradas consultando a deportistas y profesionales de la nutrición, y buscan servir una cocina más vegetal y local, lo que ha llevado a los atletas a quejarse en los primeros días de la falta de pollo o huevos.
Dentro de los “críticos” a la gastronaomía se encuentra la estrella estadounidense de la gimnasia Simone Biles. Al consultada sobre la gastronomía francesa, la gimnasta no pareció estar convencida por los menús servidos en la Villa."No creo que nos sirvan comida francesa en la Villa como la que se puede comer en el exterior. Para los deportistas es un poco más... sano", valoró la superestrella, deslizando que "las pizzas están buenas".
Su joven compatriota de 16 años Hezly Rivera fue mucho más crítica: "No creo que esté muy bueno, al menos lo que nos sirven en el restaurante. Creo que la gastronomía francesa es buena pero lo que nos sirven allí no creo que sea lo mejor. En cualquier caso es suficiente", dijo.
"El único problema es la falta de comida. Es un poco sorprendente", comentó el nadador Julio Horrego al ser preguntado el lunes por la AFP en el camino hacia la Villa. El atleta, originario de Honduras, dice necesitar hasta 5.000 calorías por día y cuenta haber llegado el domingo al desayuno a las 10h30 locales (8h30 GMT) y no haber encontrado huevos.
Para el remero rumano Iulian Chelaru, la razón de los problemas es la carne: "no teníamos carne suficiente pero ahora ya está mejor", reconoció a la agencia AFP. "Al principio no había grandes porciones, pero ahora ya está mejor", añadió por su parte el nadador alemán Lucas Matzerath.
La explicación de los conesionarios
Sodexo explica que se trataba de los ajustes de los primeros días: "Algunos productos como los huevos o las carnes son especialmente solicitados por los deportistas y se han reforzado los volúmenes, de acuerdo con París-2024. Desde entonces, las cantidades propuestas en esos productos permiten responder al conjunto de necesidades", aseguró el grupo a la AFP.
El distribuidor Carrefour, proveedor oficial, aseguró a la AFP no estar al corriente de "ninguna dificultad de aprovisionamiento".
"Trabajamos de forma activa para adaptar nuestros aprovisionamientos al aumento de exigencias de los restaurantes de la Villa de deportistas, así como al consumo efectivo de los deportistas constatado en los primeros días", insistió Sodexo, que añadió tomarse "muy en serio" los comentarios de los competidores.
El equipo británico no esperó a esos ajustes e hizo venir desde la semana pasada a un chef adicional del Reino Unido para alimentar a sus deportistas. "A los atletas se les sirve carne cruda", llegó a decir al diario The Times Andy Anson, director ejecutivo del Comité Olímpico Británico.
En redes sociales, varios deportistas comentan su día a día en la Villa y la calidad de la comida servida. Algunos se quejan de filas de espera, de falta de aliño o de la cocción, pero otros parecen apreciar los platos, como el nadador noruego Henrik Christiansen, que ha comentado su pasión por las magdalenas de chocolate.
Más allá de los menús, otros aspectos de la vida en la Villa Olímpica ligados a la "orientación ecológica" de los Juegos también han estado sujetos a críticas, como la falta de aire acondicionado o las camas en cartón, más fáciles de reciclar pero consideradas menos cómodas por algunos.