El Gran Premio de Singapur comenzó de la manera más inusual posible ya que Max Verstappen recibió una sanción inesperada de parte de la FIA. Es que, en la previa de esta competencia, Mohammed Ben Sulayem solicitó una reducción en el uso de lenguaje inapropiado en la Fórmula 1, lo que generó una serie de reacciones por parte de los pilotos.

Tras este anuncio, el tricampeón con Red Bull dio su parecer acerca de esta normativa y dijo que "los insultos se dan en todos los deportes, sólo que nosotros llevamos un micrófono todo el tiempo", pero acto seguido expresó que auto estaba "jodido" y que era "una m..." en la clasificación del finde pasado.

Al escuchar esto, la FIA tomó cartas en el asunto de manera inmediata e impuso como sanción a Verstappen la "obligación de realizar trabajo comunitario”. El neerlandés fue convocado por los comisarios deportivos, explicó que “el inglés no es su lengua materna y que había incorporado esa palabra como algo habitual”, pero aún así fue sancionado, ya que “es fundamental que las figuras públicas sean conscientes de sus palabras en espacios públicos”.

"¿Cuántos años tenemos? ¿Cinco, seis? Incluso los niños de cinco y seis años empezarán a decir palabrotas en algún momento. Incluso aunque a sus padres no les guste. Cuando sean mayores y anden por ahí haciendo el tonto con sus amigos, es inevitable que digan palabrotas”, expresó Max.