Las harinas son uno de los alimentos básicos y de mayor consumo en todo el mundo. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, ante las secuelas de su ingesta, la aparición de intolerancia o alergia, muchos optan por las versiones libres de gluten, que tienen grandes beneficios en proteína.

En búsqueda de consumir algunas más saludables, o en medio de la obligación por enfermedad, como el sobrepeso, comenzaron a ser adquiridas algunas que cuentan con un sabor similar, pero con una mayor proporción en proteínas, minerales y vitaminas.

En este contexto, una de las más elegidas es la harina de avena, la cual se hace con avena integral y otorga mayor sabor y textura. Tiene un alto contenido en fibra que favorece la digestión y, específicamente un tipo de fibra soluble llamada betaglucano que puede ayudar a reducir el colesterol LDL (malo), y los niveles de azúcar en sangre e insulina.

Otra de las variantes es la de algarroba, la cual aparece como una gran alternativa a la que contiene gluten. Es considerado un alimento natural con una gran composición nutricional y energética. Su consumo se vincula a costumbres ancestrales, comunidades que elaboraban esta harina con mortero de madera, indica el portal de Pronto.

Por último, aparece la opción de la harina de almendras, que no tiene gluten, ni cereales, ya que es elaborada con almendras molidas y blanqueadas. La advertencia con ésta es que en poca cantidad otorga una gran cantidad de calorías, pese a ello, cuenta con nula cantidad de carbohidratos.