Grave denuncia por brutalidad policial
Un joven de 22 años fue detenido hace siete días en el barrio Chaqueño, acusado de varios robos calificados. Denunció que en la Seccional Octava lo golpearon todo un día y le hicieron firman documentos. Luego, fue trasladado a otras dos dependencias.
Cuando el 14 de marzo pasado arribó a la cárcel de Coronda José Luis “Lagrimita” Agüero el médico del Servicio Penitenciario no tardó en corroborar lesiones profundas en su cuerpo. El joven, de 22 años, había llegado hasta la cárcel por orden de un juez penal. Antes, había pasado por tres dependencias policiales, en una de ellas lo golpearon sin piedad agentes de la Seccional Octava, a donde llegó lagrimita luego que una Comisión de Investigaciones de la URI lo detuviera en una casa de la calle al 7.900, al norte de la ciudad.
Agüero era buscado por 7 robos calificados, agravados por el uso de arma de fuego. Con 22 años, tenía varios problemas con la ley y era conocida su audacia para asaltar casas de particulares en la zona de Guadalupe. Cuando el domingo pasado llegaron los agentes de Investigaciones a allanar su domicilio, encontraron al ladrón, lo redujeron y le empezaron a pegar en el lugar. Lo subieron a un auto, que de acuerdo al relato del muchacho, no tenía identificación policial, y continuaron con los golpes, esta vez con una escopeta.
Agüero narraría más tarde que, al llegar a la Seccional Octava, continuaron los apremios para luego “engomarlo” en un calabozo. Por la tarde –siempre según su relato – “llegó a la seccional un hombre que parecía un comisario, era gordo, petiso y canoso. Me pidió plata y le dije que no tenía. Entonces me hicieron firmar una documentos que no sé de qué se trataban, ya que no sé leer ni escribir”.
El lunes 12 el jefe de la Policía de la provincia recibió un informe de la detención, sin mayores detalles. Ordenó entonces al entonces jefe de la regional Hugo Miñoz que informe al juez sobre el caso y solicite un oficio de trasladar al detenido al penal de Coronda. Miñoz no cumplimentó esa orden –y luego fue sancionado por ello- y Agüero fue trasladado a otras dependencias. Primero a la Subcomisaría Octava –ubicada en Avenida Aritóbulo del Valle al 10.000 y luego a la Seccional Tercera. En ambas, dijo “lagrimita” que lo había tratado bien.
El jueves pasado, el Secretario de Asuntos Penitenciarios del Gobierno. Pablo Cococcioni, le envió al Secretario de Derechos Humanos de la Provincia, Horacio Coutaz, la nota Nº 286, donde le informaba que Agüero había ingresado el día anterior al penal pero que fue trasladado al Hospital Cullen por las lesiones que el médico del Servicio Penitenciario había constatado. Antes de enviarlo al nosocomio público, las autoridades del penal le tomaron declaración al detenido donde contó el largo recorrido de apremios que había comenzado cuatro días antes. Las actuaciones preliminares también fueron enviadas al Departamento Judiciales de la Policía (D5).
En el Hospital Cullen, funcionario de la Secretaría de Derechos Humanos se entrevistaron con Agüero, que volvió a narrar la historia de golpes en manos de agentes de la Seccional Octava. El informe médico resumirá que las lesiones más graves se registran en la zona intercostal, afectando al hígado, y en l región de los ojos y el rostro.
El viernes pasado, el Secretario de Derechos Humanos denunció el episodio en la Fiscalía Penal en Turno y solicitó una batería de medidas, entre ellas el avocamiento de un juez y la separación de la fuerza del personal policial que pueda verse comprometido con el hecho.