Cómo prevenir o calmar los calambres musculares
Cuáles son los principales factores que provocan su aparición.
Si el músculo se contrae, se tensiona sin querer hacerlo y no se relaja, se producen los calambres. La zona más frecuente donde ocurren son las extremidades y, más habitual, en pies y piernas, especialmente en los gemelos.
La causa más común es cuando el músculo se sobrecarga o se lesiona, pero también por una deshidratación leve, por ejemplo, si se hace ejercicio sin haber tomado suficientes líquidos.
También se producen cuando se tienen niveles bajos de electrolitos como sodio, potasio, calcio o magnesio así como alteraciones de temperatura exterior, ya que uno de los principales mecanismos que tiene el cuerpo para mantener la temperatura o termogénesis, es la contracción muscular.
Suelen aparecer en personas mayores, embarazadas, deportistas o en quienes sufren alguna patología que afecta al metabolismo y/o las hormonas. Cuando esto sucede, los calambres se producen de manera más frecuente, lo que indica que se debe consultar a un especialista porque pueden estar relacionados con algún problema de salud.
El uso de medicamentos, el consumo de drogas, los tóxicos y muchos venenos que interfieren en la neurotransmisión entre músculo y nervio o entre las neuronas que controlan el proceso de la médula también pueden producirlos.
Otros factores que aumentan la aparición de calambres en los pies suelen ser la edad, el sobrepeso, no hacer estiramiento muscular suficiente antes de la actividad física, antecedentes familiares, practicar deporte de forma extrema y durante mucho tiempo, correr cuesta arriba y la falta de electrolitos o hidratación durante la práctica deportiva.
Cuando aparece un calambre en los pies lo primero es dejar de hacer la actividad que se esté realizando e inmediatamente después practicar estiramientos y masajear la zona afectada.
Es recomendable tomar alguna bebida que contenga electrolitos, pues el origen podría ser la deshidratación o la falta de electrolitos. Después se puede aplicar un poco de calor ya que ayuda a relajar el músculo.
Según vaya disminuyendo el dolor y pasado el espasmo muscular inicial, se puede aplicar frío. Es importante seguir tomando líquidos, pero evitando bebidas alcohólicas o con cafeína. Si sucede mientras dormís, hay que intentar estirar el músculo de forma intensa y prolongada hasta que se note alivio.
Cómo evitar, en la medida de lo posible, que aparezcan calambres en los pies:
– Usar un calzado adecuado, del ancho suficiente para que no oprima los músculos, los nervios o impida la circulación sanguínea.
– Practicar deporte sin hacer grandes esfuerzos.
– Hidratarse siempre que se lleve a cabo alguna actividad física.
– Aumentar la ingesta de alimentos ricos en calcio y potasio, estirar y masajear la musculatura del pie.
– Aplicar calor para relajar el músculo, especialmente en los primeros momentos del calambre.
– Descansar entre actividades deportivas.
Es importante no confundir un calambre con una sobrecarga muscular. El primero aparece de repente, de forma brusca, mientras que la segunda lo hace de forma progresiva provocando rigidez muscular, dolor y casi nula flexibilidad. Pero ambos aparecen por un sobreesfuerzo muscular bien haciendo deporte, o en el ámbito laboral o doméstico.