Braian Romero presentó un libro sobre su dura historia
El delantero de Vélez lanzó Un Mensaje de Vida, la obra donde relata los obstáculos que superó hasta asentarse en el fútbol: sufrió una enfermedad que lo dejó postrado, se curó milagrosamente y llegó al primer nivel. "Este libro une al deportista con Jesús", explicó.
En pleno sprint final de un semestre brillante con Vélez que el equipo sigue soñando con coronar, su goleador Braian Romero paró la pelota por un rato y dejó aflorar su costado más humano de la mano de otros intereses, como contar su dura historia en un libro. Así, presentó Un Mensaje de Vida, una obra en la que repasa el gran obstáculo que superó en los inicios de su carrera, una enfermedad postrante que superó milagrosamente amparado en su fe, hasta llegar a destacarse como futbolista de elite.
"Pensé que había dormido mal, pero tuve que dejar de jugar al fútbol obviamente porque no podía ni siquiera caminar", dice Romero en un video que acompaña al lanzamiento, recordando el trance que sufriera en 2012, a sus 21 años, cuando lo dieron por retirado en Acassuso al serle diagnosticado un grave cuadro de artritis reumatoidea que le provocaba un invalidante dolor en la cintura.
"Este libro une al deportista con Jesús, contando mi experiencia a través de las vivencias que me han tocado pasar a lo largo de mi carrera deportiva. Fue un reto unir esas dos partes en este libro, pero los viajes y cada experiencia recorrida me permitieron desarrollar varios temas importantes que pueden suceder, influir u ocurrir en la vida de un deportista", presentó el delantero de 33 años en su cuenta de Instagram, adonde recibió la felicitación de decenas de compañeros y excompañeros.
Su encuentro con la fe se dio cuando, ante tan devastador pronóstico, se acercó a una iglesia por intermedio de su abuela y pudo volver a caminar, trotar, correr y entrenarse normalmente, sin dolor, lo que para todos resultaba una recuperación imposible. Un año después, volvía con todo a jugar en su equipo, en una trayectoria que ya no se vería interrumpida por ninguna secuela.
"Era muy fuerte lo que sentía. Me llegaron a poner morfina, que es lo que le ponen a la gente que ya está en las últimas. Tomaba pastillas, me daban corticoides cada semana y no pasaba nada. Me pude poner bien gracias a Dios, fue un milagro. Se me iba todo de las manos. Estaba perdiendo todos mis sueños. El médico que me dijo que no iba a poder jugar más no lo podía creer cuando vio que estaba recuperado. Él hizo todo lo posible para sanarme, pero el que me curó fue Dios", le dijo el atacante a Toda Pasión en 2018.
"Todo sueño comienza en la mente de Dios. Él es la fuente primaria de cada sueño. Todo comenzó con un sueño imposible para mi mente pero posible para Dios, porque la imposibilidad es su escenario preferido. Dios hiz
Allí, Romero también se presenta como esposo y padre de tres hijos: la primera de ellos la tuvo con apenas 16 años, en tiempos en los que hasta tuvo que trabajar en la verdulería de su padre y hacerse cargo de un hermanito recién nacido, lo que dificultaba constantemente su voluntad de continuar en el fútbol.
Antes de destacarse en el líder de la Liga Profesional y finalista de la Copa Argentina, Romero ya había logrado posicionarse como un futbolista codiciado con una carrera en ascenso desde aquellos difíciles comienzos.
Tras su paso por Acassuso, el atacante recaló en Colón y luego jugó en Argentinos Juniors en prometedor nivel e Independiente, desde donde continuó en Athlético Paranaense de Brasil para después retornar al Rojo. Luego, llegó su gran año en Defensa y Justicia que lo catapultó al River de Marcelo Gallardo en 2021, permaneciendo allí una temporada antes de partir a Inter de Brasil y Tijuana de México a préstamo. A mediados de 2023, aceptó el reto de ser vendido de Inter a un Vélez que peleaba por la permanencia hasta disfrutar de este presente en el que va por todo.