Bologna se equivocó
Unión tuvo un penal y el arquero se lo sacó a Rosales pese a la indicación del DT, se lo atajaron, hubo repetición y lo tiró afuera. El cordobés quedó enojado y el "1" minimizó el tema luego del partido, con el resultado 3-0. Puso ser peor...
La victoria de Unión da para ser abordada desde unos cuantos ángulos. En primer lugar, naturalmente, desde el espléndido nivel de un equipo sin nombres de marquesina, que se planta y devora de tres bocados al presunto cuco, al que llegaba con aspiraciones de beberse los vientos. Todos corren y todos ponen en Unión, pero todos, o casi, juegan o intentan jugar.
También cabe reponer que esos tres puntos eran la escena más temida de todos los que pelean por sobrevivir. ¿O Tigre, San Lorenzo, Rafaela, All Boys y los otros van a negar que soñaban con un catastrófico tobogán de Unión?
Desde la perspectiva de Racing, hay poco para decir. Defender peor es imposible.
Pero también la noche ofreció el embrujo de los penales malogrados, con un actor principal que se fue de Avellaneda con una sonrisa pero sólo después de escribir una página impropia de un futbolista profesional. ¿Qué es eso de quitarle la pelota al compañero y patear el penal de prepo? ¿Qué es eso de desconocer incluso las directivas del propio entrenador del equipo? ¿Qué es eso de imponer un capricho en perjuicio del interés común? ¿Tenía conciencia Beto Bologna de que su actitud podía sacar del eje emocional a sus compañeros y por añadidura comprometer un triunfo al alcance de la mano? Amén de bajarse del caballo y ofrecer disculpas, Bologna debería invitar a cenar a los que participaron en la jugada del tercer gol, y en el caso de Diego Jara con postre, café y cognac. Si en lugar de aumentar Unión, hubiera llegado el descuento de Racing, agarrate. ¿Cosas del fútbol?
Claro. Lo de Bologna fue de fútbol... pero de Fútbol 5.
LOS INSÓLITOS PENALES
Unión venció como visitante por 3-0 a Racing pero la nota de la noche fueron los penales errados por ambos equipos, en situaciones casi calcadas.
A los 43 minutos del primer tiempo y tras falta a Paulo Rosales en el área rival, el técnico de Unión, Frank Kudelka, le ordenó la ejecución a Paulo Rosales. Sin embargo, el arquero Enrique Bologna cruzó rápidamente la cancha y, tras discutir con su compañero, acomodó la pelota en el punto del penal mientras su técnico le ordenaba que regresara al arco.
El entrenador, enfurecido, vio como el arquero de Racing, Sebastián Saja, atajaba el disparo y, cuando estaba por perder la calma de manera definitiva, el árbitro decidió que el penal se patearía de nuevo por la invasión del área.
Kudelka le repitió nuevamente la directiva a Rosales y éste quiso patearlo pero Bologna volvió a imponerse. El DT, enajenado, le gritaba a Rosales y hacía gestos para ordenale que pateara y, ofendido, el enganche le dijo: "Sacame si querés".
Bologna tomó la pelota, luego respiró, pateó y....lejos, la pelota salió lejísimos del arco de Saja, por encima del travesaño.
Mientras tanto, a los 27 del complemento, Carlos Maglio pitó falta en el área para Racing con el partido ya 0-3 para el local: aquí no hubo desaveniencias entre técnico y ejecutante. Teófilo Gutiérrez tomó la pelota, miró el arco, pateó y Bologna contuvo el disparo.
Rápidamente y a instancias del línea, el árbitro ordenó repetir la ejecución por el adelantamiento del arquero del equipo santafecino. Y allí fue de nuevo "Teo": acomodó la pelota, miró el arco, resopló, pateó y....afuera, muy desviado sobre el palo derecho de Bologna.
Nadie lo podía creer. En Avellaneda fue la noche de los penales...insólitos