El Sindicato Unidos Portuarios Argentinos (SUPA) fue uno de los primeros gremios en protestar por las nuevas medidas del Gobierno para intentar equilibrar la balanza comercial y reducir las importaciones. La queja se debió a que los empleados de esa rama vieron disminuido su volumen de trabajo en cerca de un 30%, según denunciaron.

"El laburo cayó muchísimo. Que no me vengan con otra cosa. Si [Guillermo] Moreno se cree tan poro..., que venga al puerto a explicarle a la gente por qué no hay contenedores", lo había desafiado el titular del gremio, Juan Corvalán.

Diez días después de esas declaraciones, el secretario de Comercio Interior recibió en su despacho al sindicalista y le obsequió dos huevos de pascua. "Acá tenés mi garantía de que son los dos huevos que tengo, te los podes llevar tranquilo", dijo ante las risas de todos los presentes.

Tras las bromas, los portuarios se retiraron con la promesa de que se convocará a todas las partes para que "todos abran sus números para analizar el impacto negativo que dicen que sufren", según detalló Corvalán a la salida del encuentro.

De todos modos, según se informó a través de un comunicado, el funcionario del Ministerio de Economía ratificó su intención de proseguir con una "política en defensa de la balanza comercial", aunque aseguró que las medidas que lleva adelante "no deben afectar los niveles de empleo actuales", señalaron los portuarios a través de un comunicado.

Según se acordó, la mesa de trabajo, en la que estarán representados el gobierno nacional, el SUPA y la Federación de Estibadores Portuarios (FEPA), se constituirá la semana que viene. "Nosotros vamos a estar atentos a cómo evolucionan estas políticas. Moreno tuvo hoy una clara comprensión de la problemática operativa laboral del estibador portuario", concluyó Corvalán.