Biodiesel: fabricantes temen que España frene importación

Molinos, AGD, Vicentín, Bunge y Dreyfus son las principales firmas del sector. España ya estudiaba frenar la importación por la fuerte presión de su industria. El 53% de las ventas externas de ese combustible tiene como destino la madre patria.

Mientras en el Senado se extendían los cruces entre Gobierno y oposición por el proyecto de expropiación del 51% de las acciones de la petrolera YPF, crecía el nerviosismo de los fabricantes de biodiesel en la Argentina por las posibles consecuencias que la medida tendrá en su negocio. En 2011 exportaron 1,68 millones de toneladas de biodiesel (más del doble del consumo nacional) de las cuales un porcentaje mayor al 50% tuvo a España como destino.

Mientras las ventas de biodiesel a España generaron ingresos por más de u$s 1.000 millones el año pasado, los fabricantes españoles vienen ejerciendo una fuerte presión para detener los ingresos del producto. En este contexto, la tensa situación diplomática entre España y la Argentina a partir de YPF le da un empujón crucial a su reclamo.

Desde las cámaras empresarias que agrupan a las firmas elaboradoras de biodiesel en la Argentina –como Bunge, Dreyfus, Cargill, Molinos Río de la Plata, Oleaginosa Moreno, Vicentín y Aceitera General Deheza (AGD), entre muchas otras– optaron por ser cautelosos y no hacer declaraciones al respecto por la sensibilidad en torno de YPF y la envergadura de las consecuencias que vislumbran. Sin embargo, las fuentes consultadas dejaron traslucir su preocupación, pese a que prefirieron esperar lo que diga España antes de hablar.

Uno de los principales impulsores de la industria del biodiesel argentino fue el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, protagonista indiscutido de la acalorada sesión de ayer en el Senado con una ferviente defensa de la decisión presidencial sobre YPF. De Vido, interventor nombrado para la petrolera, es el interlocutor gubernamental de los empresarios del biodiesel.

Los temores de la industria local están fundados, por su parte, en una escalada de presiones de sus pares españoles que a mediados de marzo pasado tuvo un nuevo capítulo. En su reunión mensual, la Comisión Delegada de Asuntos Económicos de España, que suele presidir el propio Mariano Rajoy, trató una orden ministerial que, de aplicarse, prohibiría el ingreso a ese país del biodiesel producido en la Argentina. La orden ministerial que había sido firmada por el ex presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, obliga a las petroleras a abastecerse con biodiesel europeo y volvió a la discusión cuando se multiplicaron las críticas del gobierno argentino a YPF y las provincias comenzaron a quitar concesiones a la empresa.

“Si España decidiera frenar las exportaciones de biodiesel argentino el costo económico no sería nada contra lo que tiene que afrontar por YPF”, confió una fuente especializada que pidió mantener el anonimato. “De hecho, Alemania tiene la capacidad de cubrir la demanda de España por unos centavos de euro más por litro”, agregó. Hoy, la Argentina es el principal abastecedor para España, pero aún así, es reemplazable.

El gobierno español fue claro al anunciar que tomará represalias contra la Argentina que se conocerán en los próximos días, y ninguna de las fuentes consultadas planteó un motivo por el que los biocombustibles puedan quedar exentos de esta suerte. La industria local amplió su producción un exorbitante 240% entre 2008 y el año pasado, impulsada principalmente por el acceso a la materia prima (aceite de soja) y por las exportaciones, que se dirigen en un 90% a Europa. Desde que empezaron a producir, las empresas concretaron inversiones por más de u$s 700 millones para montar gigantescas plantas que hoy exportan o abastecen al mercado local, donde rige un corte obligatorio del 7% de biodiesel sobre el gasoil. Aún así, el mercado interno sólo consume menos de un tercio de la producción nacional.