El mundo del fútbol esperaba una finalísima de la Liga de Campeones entre Barcelona y Real Madrid. Para definir quién era el mejor del planeta. Para coronar a sus estrellas: Lionel Messi o Cristiano Ronaldo. Pero el fútbol demostró, una vez más, ser el que más sorpresas puede disparar, y la gran definición será para dos conjuntos llenos de méritos, pero que no estaban en los deseos de los fanáticos, Bayern Munich y Chelsea.

Primero fue el conjunto catalán, ayer, el que quedó al margen de la definición al no poder con Chelsea en el Camp Nou. Y hoy, contra los pronósticos, cayó el otro gigante europeo también en su propia casa: luego de 120 minutos de sufrimiento y emoción en los que se repitió el marcador de la ida (2-1), Real Madrid cayó en los penales (3 a 1) ante un mejor Bayern Munich y quedó fuera de la definición del 19 de mayo, en la que el conjunto alemán jugará, en Munich, ante Chelsea.

En la tanda de penales, para Bayern anotaron Alaba, Mario Gómez y Schweinsteiger -definió la serie con el quinto disparo- y fallaron Kroos y Lahm. En Real Madrid, sólo anotó Xabi Alonso, mientras que fallaron Cristiano Ronaldo, Kaká y Sergio Ramos. Previamente, en el primer tiempo, habían anotado el portugués en dos ocasiones -uno de penal- y Robben, de penal, para el 2 a 1 que no le alcanzó al Madrid.

De esta manera, tanto Real como Barsa buscarán sus consuelos para lo que resta de la temporada: el conjunto de José Mourinho está prácticamente coronado campeón de la Liga española, mientras que el de Pep Guardiola deberá superar al Athletic Bilbao de Marcelo Bielsa el 25 de mayo en la final de la Copa del Rey.

El partido. La emoción que aportó la semifinal se vivió desde un comienzo vibrante, con acción en las dos áreas. Pegó primero el Madrid, en dos ocasiones: con un penal de Cristiano Ronaldo -el árbitro vio mano de Boateng, que se tiró al piso a bloquear un remate de Di María- y una definición del portugués para ponerse rápidamente 2 a 0 en ventaja, pero enseguida igualó Bayern, también de penal. Robben cambió por gol un empujón de Sergio Ramos sobre Mario Gómez, a los 26 minutos. El alemán de origen español desperdició una gran chance, diez minutos más tarde, al fallar un mano a mano, al igual que en gran parte del partido.

El ritmo frenético del comienzo no continuó en el complemento, pero fue Bayern el que más propuso: dominó en el rubro de la posesión del balón y tuvo las llegadas más claras: Robben y Gómez pudieron darle el pase a la final a los alemanes en más de una oportunidad. En el Madrid, Cristiano se diluyó luego de los goles, Benzema estuvo impreciso, lo mismo que Di María, después reemplazado. La defensa blanca, sin embargo, mostró grietas preocupantes, aunque los delanteros de Bayern no supieron capitalizarlas.

En este contexto, el Madrid no tuvo más opción que resguardarse. En su propio estadio, terminó jugando a conservar el marcador hasta los penales. No obstante, Bayern aflojó la intensidad de sus ataques conforme se acercaba el final. Y el alargue se jugó con cansancio y tensión, a tal punto que los 30 minutos finales transcurrieron sin mayores riesgos.

En la definción, la frialdad germana fue la que pesó. Y dejó a un Santiago Bernabéu en silencio y sin recompensa.